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 sábado, 17 de febrero de 2007  
Las armas son accesorios de moda entre la juventud de Gran Bretaña
Los crímenes de tres chicos en pocos días conmocionan a la sociedad y revelan auge del narcotráfico

Ute Dickerscheid / DPA

Para la policía de Londres fue una ejecución. Billy Cox, de 15 años, fue tiroteado en su habitación en el pecho, desde una distancia cercana. Murió en los brazos de su hermana menor, que lo encontró por la tarde al volver de la escuela.

El trasfondo de los hechos son probablemente historias de drogas. Los vecinos del barrio del sur londinense donde vivía Billy dijeron que él se convirtió de un día para otro de un adolescente amante del fútbol en un traficante. En diciembre tuvo que presentarse ante un tribunal por robo y hace seis semanas fue expulsado de la escuela.

Se trata del tercer joven que es asesinado en Londres en 11 días y sus muertes han dejado en estado de conmoción a sus padres y vecinos.

"Las armas y cuchillos son para muchos jóvenes una especie de accesorios de moda", afirma una trabajadora social. Es posible comprar armas de fuego en la calle por 50 libras (unos 97 dólares o 75 euros), "menos que unas zapatillas de diseño para niños".

La predisposición a la violencia es grande, y ya al más mínimo conflicto se saca la navaja o la pistola. En los enormes barrios periféricos de viviendas sociales de Londres, las bandas juveniles suelen aterrorizar a la población y la policía se encuentra impotente.


Recluta de niños
Se recluta a niños de nueve años para robos y otros delitos y a medida que van creciendo suben en la jerarquía de las bandas explica la trabajadora social

Este cuadro encaja muy bien con el resultado del más reciente informe sobre el bienestar de los niños del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que otorga a Gran Bretaña el último lugar entre los países desarrollados.

"Nuestra sociedad se encuentra en graves dificultades", afirmó ayer avergonzado el político conservador David Cameron. "Tenemos que cambiar algo", deslizó.

Los delitos con armas de fuego son cometidos sobre todo por hombres jóvenes de entre 16 y 25 años. Las víctimas y victimarios son cada vez más jóvenes y en general de piel oscura, según la policía.

En los últimos tres años se duplicó hasta 76 la cifra de jóvenes de menos de 20 años que cometieron un asesinato con un arma de fuego. Por posesión ilegal de armas la pena mínima es de tres años entre los 17 y los 21 años de edad, pero a menudo quedan libres después de 18 meses. La policía quiere por eso una sanción mínima de cinco años para los mayores de 17.

Gran Bretaña ya cuenta con una de las legislaciones más estrictas sobre posesión de armas en todo el mundo. Tras la masacre escolar en la localidad escocesa de Dunblane hace casi 11 años, el gobierno quiso reducir de forma radical la posesión de armas.

Pero las leyes no pueden competir con el desarrollo social, creen los sociólogos. El derrumbe de las estructuras familiares y la ausencia de una figura paterna es tremenda sobre todo entre las familias negras. Sin modelos en casa o en el colegio, los adolescentes encuentran a menudo reconocimiento en las bandas y así queda sentenciado su camino hacia la criminalidad.
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Flores frente a la casa de Billy Cox, en el sur londinense.

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