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sábado,
17 de
febrero de
2007 |
Aumentaron y son más graves los casos de abuso sexual infantil
En el Hospital Vilela hubo seis en 45 días. Hace tres años se registraba sólo uno por mes
Silvia Carafa / La Capital
El abuso sexual infantil aumentó en frecuencia y gravedad. La afirmación estremece y los especialistas buscan las causas en las acciones u omisiones de la responsabilidad social y del Estado. En los últimos 45 días, el Hospital de Niños Víctor J. Vilela registró seis casos de un total general de 18 por maltrato infantil. Calvarios de cuerpos pequeños que destilarán años de angustia y de pesar. Revertir esa tendencia incluye prevención, medidas legales y compromiso, aseguró el equipo interdisciplinario de ese centro de salud y dio un dato revelador: tres años atrás había un caso o dos por mes.
El abuso es una injuria sobre el niño; ejerce sin su consentimiento una relación de poder y provoca daños psicológicos y físicos. Claro que cuando la definición se encarna en nenas y nenes vulnerables e indefensos frente a la seducción o el sometimiento, descorre una trama sórdida con perfiles de perversión. "Es un síntoma del adulto que se expresa en el cuerpo de un niño", explicaron las especialistas.
Dentro de casa
.En el 80 por ciento de los casos aproximadamente la agresión ocurre puertas adentro o en el círculo ampliado de la familia A veces llega el propio abusador a traer el chico a la guardia y encubre la realidad explican los especialistas Pero una escucha atenta de los profesionales permite captar el problema y activa una serie de recursos que tiene como objetivo preservar al niño ante nuevas agresiones El abuso es un delito y está penado por la ley afirmaron Para el niño abusado tiene algo de terapéutico saber que su dolor implicará un castigo para quien lo agredió
El abuso puede tener distintas manifestaciones: que la víctima sea mirada o expuesta, sólo tocada o tocada con penetración. Estas prácticas pueden darse solas, en conjunto, en forma esporádica o de modo habitual. "En los últimos tres años aumentaron las denuncias por abuso", confirmaron desde el Vilela. Desocultar un hecho que antes se silenciaba por vergüenza o temor es el primer paso hacia el abordaje del tema del cual participan pediatras, enfermeras, trabajadores sociales y psicólogos.
"Cuando el niño logra decir lo que le está pasando hay que creerle porque aún a riesgo de que no sea real, igual es un emergente de que algo le está sucediendo", alertaron. En contraposición, desmentir a un chico abusado puede llevarlo a dudar de sus propias percepciones y afectar su conducta y aprendizaje. Cambios bruscos de conducta, regresión en el control de esfínteres y comportamientos abusivos hacia otros niños, son algunas de las manifestaciones que deben servir como alerta. Con la salvedad de que algunos de los síntomas pueden tener otros orígenes, advirtieron.
"Si un niño menor de 8 ó 9 años relata un abuso hay que prestarle mucha atención", dijeron. Tal es el caso de una nena de 3 años quien manifestó haber sido abusada y que sostuvo su relato en el tiempo a pesar de su edad y de las intimidaciones. "No todos los niños tienen esa capacidad discursiva por eso hay que prestar mucha atención a todas las señales, incluso a sus dibujos", alertaron.
Iceberg
El abuso es la punta del iceberg de una situación familiar compleja y extensa aseguraron las profesionales En los últimos tres años la gravedad de los casos aumentaron Aparecen situaciones de abuso más crónicas al tiempo que el niño y su familia están más deteriorados con menos recursos económicos y simbólicos para pensar qué les pasó y cómo resolverlo o prevenirlo aseguró la psicóloga Silvia Solís
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Para las especialistas buscar un contexto que explique o describa el incremento y la gravedad de los casos de abuso no es un detalle menor Al respecto apuntan tanto causas sociales como cambios en los registros de la subjetividad y el naufragio de los valores configurantes de la estabilidad emocional y de la contención
La concurrencia de esos factores vuelve más vulnerables a los niños y hasta puede arrasar a las familias. "Las condiciones de vida, y no sólo las económicas, tienen que ver con este tema", estimaron los profesionales. Falta de solidaridad, lazos sociales vacíos y el todo vale son algunas de las resignificaciones que estructuran una realidad poco fiable donde el maltrato hacia los más frágiles encuentra espacio e impunidad.
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Actividades lúdicas. Los chicos quisieron recordar a quienes los acompañan durante la internación.
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