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 sábado, 10 de febrero de 2007  
Protestas palestinas en Jerusalén contra construcciones "judaizantes"
Israel trabaja en la Explanada de las Mezquitas. Los árabes lo ven como una afrenta

Jerusalén. — Unos 20 árabes y 15 policías israelíes resultaron heridos en enfrentamientos en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, en una “jornada de la ira” de los palestinos para denunciar una obra que realizan los israelíes en ese lugar, sagrado para ambas religiones. Los musulmanes alegan que las tareas buscan destruir las mezquitas y “judaizar Jerusalén”. Por esto, el conflicto no se limita a palestinos e israelíes, y tiene vastas repercusiones en todo el mundo árabe e islámico, donde es alimentado por los sectores más radicales.

  Los agentes lanzaron granadas aturdidoras y gases lacrimógenos para dispersar a los palestinos, que les arrojaban piedras, apenas después de la plegaria del viernes. “Quince policías resultaron heridos, de los cuales nueve fueron trasladados al hospital”, declaró Micky Rosenfeld, portavoz de las fuerzas del orden, quien dio cuenta de que “17 manifestantes árabes fueron detenidos”.



Ataque al Muro. El Muro de los Lamentos, principal lugar santo del judaísmo situado en un lateral de la Explanada fue evacuado por la policía israelí, ante el temor de que las piedras que arrojaban los palestinos desde las mezquitas causaran heridos.

  Los choques se extendieron a las entradas de la Ciudad Vieja de Jerusalén entre las fuerzas del orden hebreas y los palestinos, a quienes se les impidió acceder a la Explanada.

  Antes de que se iniciaran los choques, miles de palestinos acudieron a la plegaria del viernes en las mezquitas de la Explanada, las de Al Aqsa y la Cúpula de la Roca, bajo la vigilancia de la policía israelí.



Acceso restringido. Israel había restringido el acceso a la oración del viernes a los musulmanes mayores de 45 años y con documento de identidad israelí. Tampoco permitió la entrada de judíos ni turistas. Por ello, las autoridades están investigando la posibilidad de que los jóvenes que se manifestaron hubieran entrado en el recinto días antes y permanecieron allí para sortear la prohibición.

  El conflicto terminó pacíficamente, con la evacuación de los manifestantes, luego de la mediación del diputado árabe-israelí Talab Al Sana, quien persuadió a los jóvenes que dejaran de lanzar piedras, que fue lo que provocó la reacción policial.

  Las controvertidas obras, que arrancaron el martes en una de las entradas de la Explanada, llamada Puerta de los Magrebíes, suscitaron una ola de protestas entre los palestinos y el mundo musulmán, que se concretó con el llamamiento a la “jornada de la ira” de ayer.



Declaración de Abbas. El presidente palestino Mahmud Abbas denunció desde Arabia Saudita que “hoy es un día de cólera en Palestina, debido a las medidas adoptadas por los ocupantes en Jerusalén y a la represión de las autoridades de la ocupación”.

  Los incidentes no se limitaron a Jerusalén. En Hebrón, Cisjordania, también se produjeron manifestaciones contra las obras, así como cerca del puesto de control militar de Qalandia, que separa a Jerusalén de la vecina Ramala. En Nazaret, en la región de Galilea, más de 10.000 árabes-israelíes, según dijeron los organizadores, participaron de una marcha “en apoyo a Al-Aqsa”.
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Jóvenes árabes lanzan piedras a la policía en las callejuelas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.

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