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lunes,
15 de
enero de
2007 |
Nada de pedir favores
Argentino debió mudarse de Gorriti y Díaz Vélez porque no pudo comprar un terreno lindero para ampliar su cancha y se instaló en Sorrento y Víctor Mercante. Allí levantó su estadio el viejo Embarcadero Córdoba y Rosario (luego Nacional y más tarde Argentino, cuando un decreto de Perón impedía que los clubes se llamaran así) y obtuvo la habilitación para jugar en AFA, gracias a la gestión incansable del presidente José Martín Olaeta. En el 44, ante All Boys, se inauguraría el field, igualando 2 a 2.
Los datos de época consignan que fue Olaeta el que, cuando Argentino volvió a la punta del campeonato de la B a sólo 4 fechas del final, no quiso saber nada con hablar con sus pares de Tiro Federal, el próximo rival, para asegurarse el triunfo, por honestidad y porque confiaba plenamente en su equipo. Pero...
Ese 15 de diciembre, Tiro logró jugar a las 18 horas, con una temperatura altísima que no beneficiaba el mejor juego de Argentino, que estuvo muy nervioso y encima sintió mucho la ausencia del full back Andere. Así y todo, recién en los últimos 10 minutos el equipo del entonces parque Independencia lograría su victoria por 4 a 2, con cuatro goles de Fiorella, el verdugo salaíto.
Tiro se adelantó dos veces, pero primero empató Elvio Negro y luego Colere, a los 80'. Parecía que Argentino podía llevarse la victoria, acicalado por ese gol, pero en dos contragolpes su rival lo liquidó y sepultó prácticamente sus chanches.
Otro déficit de la brillante campaña alba fue que no le ganó a ningún rival rosarino. En barrio Sarmiento cayó con Córdoba 1 a 0 y logró igualarle a Tiro 1 a 1 después de ir perdiendo. Y además, pese a revertir un 0-1 en Tablada con goles de Casagrande y J. López, los charrúas se lo empataron, en otro partido entonces clave en la definición por la 33ª fecha.
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