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jueves,
28 de
diciembre de
2006 |
Acuerdo. Con la reincorporación de las empleados despedidos, pactado en la secretaría de trabajo, el conflicto se solucionó
Gremios del cordón solicitaron la renuncia del jefe comunal de Oliveros
Marcharon en repudio a las agresiones sufridas por trabajadores cuando fueron desalojados de la comuna
Marcelo Abram / La Capital
Oliveros. - Más un centenar de manifestantes, que asistieron al acto convocado por el Sindicato de Trabajadores Municipales (Sitram) de San Lorenzo ante las puertas de la comuna de esta localidad, repudiaron las agresiones que sufrieron empleados y gremialistas cuando fueron desalojados tras ocupar el edificio la semana pasada. Los gremios reclamaron la renuncia del actual presidente comunal Oscar Moyano y el vice, Omar Rosso, a quienes responsabilizaron por los tristes sucesos.
El acto se desarrolló en forma pacífica y los asistentes se desconcertaron de manera ordenada sin que se registraran incidentes. Para ello mucho tuvo que ver el anuncio de un acuerdo de las partes -logrado en horas de la mañana- en la Secretaría de Trabajo en el que entre otras cosas se reincorporan a trabajar a dos empleados que habían sido cesanteados. Tampoco pasó inadvertido el impresionante despliegue policial que desde las primeras horas de la tarde comenzó a desplegarse en la localidad, y que ocupó a unos 150 efectivos que llegaron desde varias localidades de la provincia.
Asistieron a la protesta integrantes de la mesa directiva de la CGT San Lorenzo, ATE, Amsafé, organizaciones políticas como el Polo Obrero, el Partido Obrero, empleados del Hospital Baigorria, piqueteros de Castells y municipales de la zona, quienes se solidarizaron con el secretario del Sitram Edgardo Quiroga, quien llevó la peor parte el miércoles pasado cuando se produjo el desalojo de la sede comunal por parte de un nutrido grupo de desconocidos, que irrumpió en forma violenta en la comuna que estaba tomada pacíficamente por empleados y gremialistas.
Después de una larga lista de oradores, todavía apoyado sobre muletas y con serias dificultades para movilizarse Quiroga cerró el acto, que tuvo la particularidad de ser seguido desde una distancia prudencial por un importante cantidad de vecinos y curiosos.
Quiroga hizo referencia a la solución del conflicto, a la que calificó como "un triunfo de los trabajadores, que no se dejaron atropellar por las patotas organizadas", y proclamó: "Hemos logrado la reincorporación de los dos compañeros despedidos, se van a reconocer las categoría y se logró que a un compañero le paguen lo que marca la ley por tener un hijo discapacitado".
Agregó el dirigente gremial que "parece mentira que se haya tenido que luchar por esto, y para no acceder a esto hayan pagado una patota de marginales para desalojarnos".
Además tal como lo hicieron quienes lo precedieron en el uso de la palabra Quiroga reclamó "la renuncia del Moyano y Rosso, que usan la plata de toda la comunidad de Oliveros para organizar patotas que reprimen a los trabajadores".
El eje del conflicto que devino en la toma de la comuna, además de una serie de atrasos en la recomposición del salario y en categorías tiene que ver con la situación de Angel Chiesa y Ovidio Caligaris, quienes están tramitando su jubilación, y al vencerse los plazos fueron despedidos por la administración comunal.
Desalojo violento
La toma del edificio comunal fue en las primeras horas del miércoles de la semana pasada. Luego de que las autoridades comunales radicaran la denuncia -y a horas de una reunión conciliatoria de partes convocada por la Secretaría Estado de Trabajo provincial- un numeroso grupo de personas irrumpió violentamente por un portón, y armado con barretas y otros elementos contundentes arremetió contra los ocupantes, en particular contra Quiroga. Los agredidos huyeron siendo perseguidos varias cuadras sin que ninguna autoridad policial tomara intervención. El saldo del ataque dejó a Quiroga con la rotula de su rodilla izquierda destrozada y varios golpes en distintas partes del cuerpo.
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Más de un centenar de manifestantes se convocaron ante la sede comunal.
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