Piquete, caos, calor y locura en el microcentro rosarino

Las calles estuvieron intransitables, hubo accidentes y conseguir un taxi fue una odisea

El microcentro de la ciudad fue ayer toda una postal de la locura de fin de año. Calor agobiante, interminables colas para conseguir taxis, accidentes y hasta piquetes que terminaron generando un caos en el tránsito. El verano no da tregua y, al menos durante sus primeros días, ya está por demás de tedioso y no son pocos los que cuentan los minutos para que lleguen las ansiadas vacaciones.

La congestión vehicular arrancó ayer a las 7 con un corte de tránsito en el túnel del parque España que se prolongó hasta las 13, y el flujo de autos fue desviado hacia Sarmiento. En la intersección de esta calle con Mendoza, cerca de las 10 hubo otra sorpresa: un grupo de vecinos de Fuerte Apache montó un piquete frente a las oficinas de Promoción Comunitaria y el tránsito quedó interrumpido.

Claro que aún faltaba más. A la misma hora, en Santa Fe al 1100, se produjo una explosión cuando empleados de la EPE trabajaban en una conexión para grandes clientes. El accidente provocó quemaduras de segundo grado a un operario y también allí se cortó el tránsito.

El macrocentro tampoco quedó atrás a la hora de los ánimos alterados. Cerca de las 11, en Pellegrini y Ovidio Lagos, una moto con dos personas a bordo impactó contra un auto. Los tripulantes del rodado terminaron en el Heca y según los testigos habrían cruzado el semáforo en rojo.

Un poco más lejos, y ya cerca del mediodía, una moto de gran cilindrada intentó eludir un operativo de control de tránsito y en el envión el chico de ocho años que iba de acompañante cayó al suelo sin graves consecuencias, aunque tuvo que ser asistido por el Sies.

El centro, en tanto, ya era un hervidero de temperatura y ánimos, que se recalentaban aún más a medida que los cortes se prolongaban.

"Faltan taxis y, no todos, pero la mayoría tiene mala onda", dijo Elvira en medio de una larga cola de gente que esperaba un ansiado coche negro y amarillo en Rioja y Sarmiento.

Así, el verano ya no da tregua y a los registros cada vez más altos de temperatura, la locura de fin de año le imprime un plus de estrés. Todo esto sin contar los piquetes y hasta los camiones que descargan materiales a cualquier hora, generalmente, en pleno horario laborable.