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jueves,
28 de
diciembre de
2006 |
Piquetes y
sociedad
Los acontecimientos desarrollados alrededor del piquete de Arijón y Flamarión muestran la criticidad en las relaciones entre vecinos —unos con un poco más y otros sin nada—, que con su enfrentamiento no resolverán sus problemas sino que los agravarán por la impensadas consecuencias que el mismo puede tener. ¿Es esto lo que los gobernantes nacionales y provinciales desean?, ya que, según percepción general, el Municipio aporta paliativos pero no es el instrumentador de verdaderas políticas de trabajo que saquen de la miseria en que se encuentra una amplia franja de la población. Se trata de conciudadanos cada vez más miserables y con una continua pérdida de dignidad, ya que desde los estamentos de gobierno, insisto, sólo aparece la ayuda que genera clientelismo y no voluntad de trabajo, con una pérdida total de los valores humanos. En un país con riqueza de toda índole como es Argentina, que haya pobreza y miseria extrema es un crimen de lesa humanidad, por el cual los organismos de derechos humanos deben estar en permanente movilización. Aunque no propiciando manifestaciones que afecten las relaciones entre trabajadores y comerciantes, sino frente a las casas de gobierno y legislaturas nacionales y provinciales, desde donde se implementan las políticas que hacen miserables a los pobres y debilitan a los trabajadores y pequeños comerciantes. Escrachen a los que generan pobreza y dejen trabajar a los que generan bienes. Piensen señores gobernantes que si en casi un cuarto de siglo de democracia no se pudo hacer un país fuerte y rico de la Argentina, con distribución de la riqueza, ustedes fallaron. ¿Se les debe decir qué hacer?
Hugo Luciani
DNI 101874
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