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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
País polarizado. Favorito en las encuestas, el bolivariano ya piensa en una reforma constitucional para la reelección indefinida
Venezuela se apresta a votar a favor o en contra de Chávez
Las autoridades electorales descartaron la posibilidad de fraude en las urnas como denuncia la oposición

Caracas. - Los venezolanos decidirán hoy en las urnas si le darán otros seis años de gobierno al presidente Hugo Chávez para que avance en su "revolución socialista" anti-Washington, o apoyarán a un gobernador que promete evitar que el país se convierta en una nueva Cuba. Estos comicios son los más polarizados en la historia de Venezuela, con las capas más pobres de la población apoyando la "revolución socialista" del mandatario y los sectores de mayores ingresos acusándolo de "dictador".

Los últimos sondeos mostraron al mandatario de 52 años con una ventaja de alrededor de unos 20 puntos sobre su principal rival, Manuel Rosales, gobernador del rico Estado petrolero Zulia y quien llamó a sus seguidores a estar atentos ante la posibilidad de un fraude. Sin embargo, las autoridades electorales desecharon tal posibilidad.

Con el fisco repleto de recursos por las exportaciones petroleras, Chávez se ganó el apoyo de los sectores más empobrecidos de la población con un aluvión de planes sociales que sus críticos aseguran son ineficientes y discrecionales. El ex paracaidista, que ha sobrevivido a crisis políticas y a un intento por derrocarlo, ha cosechado el respaldo de aliados comerciales en la región que no coinciden con sus estridentes ataques verbales contra la administración del presidente George W. Bush, como el mandatario brasileño Luiz Inácio Lula da Silva o el argentino Néstor Kirchner.

"Yo voy a ganar estas elecciones. El que piense lo contrario está bien perdido, compadre", dijo el jueves un elocuente Chávez, quien afirmó que, de ganar, estudiará una reforma de la Constitución para permitir la reelección presidencial indefinida y la profundización de su modelo socialista.

Rosales, por su parte, ha logrado unir tras su figura a la fragmentada oposición venezolana con un discurso populista que hizo hincapié en la inseguridad, el desempleo y la política oficial de vender petróleo a precios preferentes a aliados como Cuba.

Dos de cada tres de los 27 millones de venezolanos viven bajo la línea de pobreza, según datos privados, y Caracas es considerada como una de las ciudades más peligrosas de América latina por su alta delincuencia. Unas 16 millones de personas están habilitadas para sufragar en los comicios. Sin embargo, el cierre podría ser prorrogado, como en ocasiones anteriores, si hay votantes en fila para sufragar.


Discurso crítico
Un triunfo del llamado "Comandante", que se propone liberar a Latinoamérica del "yugo" estadounidense tal como Simón Bolívar ayudó a la región a independizarse de España en el siglo XIX, sería una mala noticia para Washington, que lo considera como una influencia negativa para el continente.

Los contactos de Chávez con conflictivas naciones como Irán y Siria también crisparon a la Casa Blanca, que en el último año tuvo que digerir las victorias electorales del izquierdista Evo Morales en Bolivia, del sandinista Daniel Ortega en Nicaragua y del nacionalista Rafael Correa en Ecuador.

Además, el mandatario venezolano considera al convaleciente líder cubano Fidel Castro como su "padre" político; y la asistencia económica que le da Caracas a la Habana le permitió en parte a la isla salir de la crisis en la que su hundió tras la debacle de la Unión Soviética.

Un sondeo difundido esta semana por la consultora estadounidense Evans/McDonough, y pagado por una filial de la petrolera estatal PDVSA, dio a Chávez un 57% de las intenciones de voto y a Rosales un 38%.

Sin embargo, el líder opositor, de 53 años, asegura que sus sondeos y la masiva asistencia de sus seguidores a sus actos políticos son una evidencia de que será el próximo presidente de Venezuela, donde el voto no es obligatorio. Rosales ha criticado con dureza al gobierno de su rival, a quien ha llamado "el tipo", y el jueves lo acusó incluso de ser un mentiroso. "Al candidato del gobierno no se le arruga la cara para decir mentiras y las dice con una pasmosidad increíble", dijo al salir al paso a afirmaciones de Chávez sobre un supuesto complot de la oposición para salir a las calles tras los comicios y crear inestabilidad.

La oposición, que gobierna en dos de los 23 Estados venezolanos, también acusa a Chávez de haber acumulado un poder absoluto, al dominar sus seguidores la unicameral Asamblea Nacional, la jerarquía del Poder Judicial, la justicia electoral y los organismos de control del Estado.

Los adversarios del militar retirado también desconfían de la autoridad electoral porque afirman se muestra a favor de Chávez. Observadores de la Unión Europea y la OEA han llegado al país para monitorear los comicios.
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Caracas fue tapizada con afiches de Chávez.

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