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 domingo, 03 de diciembre de 2006  
A los 86 años elaboró un proyecto para una playa nudista
Héctor Perfumo confesó a La Capital que estaría encantado de que su idea se plasmara en la realidad

Pablo R. Procopio / La Capital

Ni una cancha de bochas, ni un club de barrio para hacer sociales. Héctor Perfumo, un abuelo de 86 años, se animó a más y proyectó una playa nudista. "No una simple y común playa de verano; un lugar donde pasar las horas sin inhibiciones tal cual Dios nos mandó al mundo", explicó a la hora de fundamentar su iniciativa. Y, sin querer, lanzó la polémica. Fue el único de los asistentes al curso de escritura creativa (compuesto por un abanico de edades, desde los 13 a los 86 años) dictado en el Centro Municipal de Distrito Norte Villa Hortensia que se animó a abundar sobre la consigna propuesta por el docente. "¿Le gustaría que alguien llevara a cabo su propuesta?", preguntó La Capital. "Estaría encantado", respondió.

"Un nudista, bien lo sabemos, es un señor o señora que acostumbra a vivir, dentro de ciertas condiciones, al aire libre en un estado de total y jocunda desnudez". Con esta primera frase, a modo de definición, Héctor comenzó su planteo.

Se trata de un análisis que contempla diversos puntos, como reglas fijas a cumplir por los bañistas. El hombre, viudo desde hace tres años, es agrimensor. Por eso, fue más allá y hasta elaboró un plano.

"Hay que disponer de una porción adecuada de terreno sobre la ribera de un curso de agua y lograr hacer de él un apacible lugar donde los nudistas puedan convivir y pasar unas horas de solaz y tranquilidad", comentó.

E insistió en evitar problemas. "Hablo de un espacio donde además quede descartada toda presunción de promiscuidad a la que son proclibes muchos de los que están de la vereda de enfrente, al decir de los propios nudistas, que cubren su cuerpo con prendas e impiden el sano y directo contacto del cuerpo desnudo con la madre naturaleza", dijo en función de ponerse en la mente de quienes eligen quitarse la ropa.

El proyecto, que partió de estas consideraciones previas, contempla, obviamente, cuestiones técnicas. "Debe ser extensa, de unos 200 metros, y estar protegida en sus límites por un muro de ligustros", señaló su autor imbuido de humor e ironía que no dejó de expresar en su recorrido creativo.

"A fin de mantener el statu quo (del nudista), podrán acceder únicamente con las siguientes prendas y adminículos: esterilla o colchoneta, silla o reposera playera, sombrilla, sombrero o capelina, pañuelo de mano, ojotas, anteojos para sol, aros, pulseras, collares, cremas, equipo de mate, vianda y bebidas", detalló como para dejar en claro que nadie debe cubrirse el cuerpo en el área en cuestión.

-¿Cree que en Rosario hace falta un lugar así?

-¿Por qué no? Aunque debería regirse por normas y leyes de conducta severas y quede circunscripto a una zona.

-¿Y si alguien quiere plasmar su proyecto?

-Pediría que al arquitecto lo designe yo.
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Perfumo dijo que es saludable "andar como Dios nos trajo al mundo".

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