El abuso de analgésicos provoca dolor de cabeza

El médico Carlos Yelin presentó estudios clínicos en un congreso mundial de medicina realizado en Taipei

Clarisa Ercolano / La Capital

Comúnmente se utiliza la frase “es un dolor de cabeza” para definir una situación molesta, incómoda, algo de difícil solución. Para Carlos Yelin, el refrán es certero ya que sostiene que los dolores de cabeza ocupan un lugar preponderante en las consultas médicas en clínica y constituye uno de los padecimientos más habituales del ser humano. “La gente consume alegremente analgésicos cuando sufre dolores de cabeza sin percibir que ese hábito los puede agravar. Las cefaleas se intensifican cuando se toman estos calmantes de modo indiscriminado y al observar el paciente su alivio transitorio, los sigue consumiendo”, explica. Estas drogas, en especial las que además del calmante tienen ergotamina y cafeína, y que se venden hasta en los quioscos, causan luego de un consumo prolongado un aumento de la frecuencia de los dolores. En vez de aparecer mensual o semanalmente se transforma en un sufrimiento diario. Aclara el médico que “el día que no se toma la droga sobreviene lo que se denomina cefalea de rebote y así se originan fácilmente las adicciones”.

Para presentar su investigación en el congreso, Yelin formó una base de datos y de allí extrajo 50 casos de cefalea crónica diaria rebelde que pudo controlar en tiempo prolongado y aplicó un criterio artesanal en la selección de la medicación correctiva y preventiva. “Por ejemplo, a un hipertenso se le indica un medicamento que actúe sobre la presión y prevenga el dolor de cabeza; si estuviere excedido en peso, que reduzca el apetito y disminuya las cefaleas; si se trata de un adolescente, una medicación desprovista de efectos secundarios; en aquellos que tienen trastornos del sueño, una droga que corrija ambos problemas, y así sucesivamente. El titulo del estudio presentado denominado “Tailored Criteria”, se refiere a la palabra sastre, o sea diseñar la medicación a la medida del paciente.

Números en alza
Sólo en Rosario, tres mil pacientes por día, debido a las cefaleas, experimentan un episodio que le provoca algún grado de invalidez, con náuseas, vómitos, y gran reducción de su capacidad laboral.

Yelin, nacido en Santiago del Estero pero rosarino por adopción, hace hincapié en las cifras que se manejan en países con estadísticas prolijas, en donde la cefalea diaria, implica perjuicio económico laboral con pérdidas millonarias.

El estudio de Yelin mostró buenos resultados al realizar los cambios pertinentes en la medicación. En un 50 por ciento de los casos, los pacientes dijeron estar bien o muy bien respecto de los cuadros que presentaban anteriormente. “Sucede que llega un momento en que el cuerpo se habitúa a la medicación y entonces es necesario tomar dos o tres pastillas por día, buscando la sensación de bienestar que provoca la cafeína. Despegar al paciente de esta dependencia es una tarea difícil”.

Para clarificar aún más el panorama, Yelin, que recibió a La Capital en su consultorio, señala que “es necesario que el paciente desarrolle una actitud prudente y haga las consultas adecuadas pero, sobre todo, que sepa que los analgésicos y en especial los que contienen ergotamina provocan cefaleas de rebote. El simple abandono de una medicación de ese tipo significa una mejoría para el dolor de cabeza y en algunos casos hasta la curación, pero cuesta desacostumbrar al paciente”, admite.

Yelin comenta que los dos tipos más habituales de dolor de cabeza, son la jaqueca, de gran componente genético, y que en general toma la mitad de la cara, (migraña) estando acompañada de molestias digestivas, y la tensional, más vinculada al comportamiento, ritmo de vida y estrés.

Jaquecas y menopausia
La influencia hormonal pareciera determinar la mayor frecuencia en las mujeres, con una relación de 3 a 1 con el hombre. “Por eso muchas jaquecosas se curan o mejoran en la menopausia”, indica el clínico. “Es clásico adjudicar al hígado la responsabilidad de los dolores, pero su relación es nula. Ciertos alimentos como el chocolate o el alcohol, pueden desencadenar un episodio de jaqueca, y el común de la gente lo atribuye al hígado”, agrega. Para llevar tranquilidad a quienes toman medicamentos para el dolor de cabeza, Yelin sostiene que los analgésicos “no son un medicación maldita”. Asegura que si se toman prudentemente, por ejemplo uno por mes, o quincenalmente, no son perjudiciales.

El médico también presentó en el congreso de Taipei un estudio sobre la polimialgia reumática, que constituye la enfermedad aguda inflamatoria más frecuente en adultos de más de 60 años. Dicho padecimiento debe ser tratado, mejora y se cura en forma espectacular con los corticoides.

De la misma base de datos, extrajo cien casos, y observó que el tradicional concepto que los pacientes deben continuar el tratamiento por un año o más puede acortarse. De los cien pacientes, 27 suspendieron los corticoides alrededor de los 6 meses por diferentes razones, y solo 4 tuvieron recaídas. El profesional propone un cambio de paradigma, reduciendo el tiempo del tratamiento.

El envejecimiento
También el envejecimiento ocupó un lugar preponderante en el Congreso con la presencia de especialistas japoneses, el país de mayor promedio de vida del mundo.

Referido al tema fue muy interesante escuchar los estudios sobre la dieta en ese país, rasgos genéticos y la presencia de un programa para los gerontes, (Dock System), en donde se propone la actividad física, el estímulo mental, la socialización y evitar el uso de las denominada drogas antienvejecimiento.

El médico rosarino aclara que si bien en estos congresos no se presentan informes espectaculares, el largo proceso de preparación permite una depuración de las investigaciones, y los hallazgos informados tienen la solidez de los estudios controlados y comparados.

Como acotación final, Yelin, quien fuera el único argentino que presentara estudios en el Congreso, comentó la experiencia de participar del stand que promovía el próximo evento similar a realizarse en septiembre del 2008 en Buenos Aires.