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 domingo, 05 de noviembre de 2006  
Editorial
El padre y sus nuevos roles

El caso lo difundió recientemente este diario y se vincula con la orden dada por la Justicia rosarina de inscribir a una madre en el Registro de Deudores Alimentarios Morosos debido a que no cumplió con la disposición que fijaba el aporte mensual destinado a su hija. La información, de inusuales rasgos, permitió que las reflexiones trascendieran la esfera de lo coyuntural y lo específico para dar paso al análisis de una valiosa realidad social que día a día se torna más evidente: la de los padres que quieren ocuparse directamente de sus niños.

Y es que la normalidad -es decir, el promedio estrictamente matemático- señala que cuando una pareja con hijos se separa, la decisión judicial casi automática es otorgar la tenencia de los pequeños a la madre, mientras el progenitor tiene el derecho de visitarlos y debe simultáneamente cumplir con el rol de proveedor aportando la correspondiente cuota alimentaria.

Sin embargo, lenta pero indefectiblemente la sociedad ha ido cambiando y los papeles rígidos que desempeñaban en el pasado los integrantes de la familia se han modificado, tanto por necesidad material como por convicción personal. No resulta nada extraño, entonces, contemplar en el presente a papás cambiando pañales, haciendo compras, cocinando y ocupándose, en síntesis, de modo personal de la crianza de sus chicos. Hecho, por cierto, altamente positivo. Pero esta indiscutible realidad acaso no tome parte aún en la medida suficiente dentro de las resoluciones que adopta la Justicia.

El presidente del Grupo de Autoayuda de Madres, Padres y Abuelos Alejados de sus Hijos y sus Nietos (Gapadeshi), Eduardo Macció, expresó con nitidez el núcleo del asunto: "Así como hay malos padres que no pagan las cuotas, también hay malas madres. No es una cuestión de género". Como tampoco son una cuestión de género ni vinculada con el instinto la generosidad, la ternura, la entrega y la capacidad de escuchar a los hijos.

Las modificaciones sociales resultan evidentes: no son pocas las mujeres que cumplen en la actualidad roles tradicionalmente masculinos. Y como contrapartida se observa en muchas ocasiones una saludable "feminización" de los varones, que ahora no sólo son más solidarios con sus compañeras y realizan sin quejarse las tareas hogareñas sino que hasta se animan a asumir la responsabilidad principal -y a veces total- en la casa.

Los avances registrados acaso justifiquen una mirada más atenta y una mayor dosis de amplitud en el crucial terreno que constituyen los estrados judiciales.
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