Año CXXXVII Nº 49284
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 01/11
Página Solidaria 01/11
Turismo 29/10
Mujer 29/10
Economía 29/10
Señales 29/10
Educación 28/10

contacto
servicios
Institucional

 domingo, 05 de noviembre de 2006  
Astrología: las plantas y el zodíaco

Para la astrología tradicional, el macro y microcosmos estaban relacionados en forma indisoluble. Cada planeta y signo del zodíaco ejercía su peculiar influencia sobre animales, plantas y metales. También era un medio para conocer los ciclos del hombre, su carácter, su destino y también para aplicar en medicina.

Ni la salud ni la enfermedad podían concebirse desligadas del macroscosmos. Se trata de una concepción del mundo heredada de los antiguos. Las plantas como cualquier otro ser vivo estaban influenciadas por los astros y era necesario el conocimiento astrológico para conocer el mejor momento de recogerlas con el fin de obtener el mejor resultado terapéutico.

Uno de los exponentes que sostuvo esta concepción fue Paracelso, médico, alquimista, místico, e iniciador de la medicina farmacológica. Formado en la Escuela de los Padres Benedictinos del Monasterio de San Andrés, se basó en la teoría de los cuatro elementos (fuego, tierra, aire y agua) para estudiar animales, vegetales y minerales.

El Benedictino Fray Esteban Villa ( España siglo XVII), autor farmacéutico describió la influencia de los astros en las virtudes terapeúticas de las plantas medicinales. El reconocía que muchas autoridades eclesiásticas y civiles desaconsejaban considerar a la astrología como la madre de todas la ciencias como la habían considerado los antiguos, sin embargo escribio: "Carece de toda duda que los astros tiene muchas y diversas virtudes por lo cual se deben considerar sus influencias para que las plantas obren con más eminencia, afirmar lo contrario sería decir que cuando el sol alumbra no es de día".

Por la experiencia de los campesinos se sabía que crecían mejor los cultivos con Luna menguante, y que los árboles y viñas debían podarse también en Luna menguante para evitar que los coman las polillas.

A través de las hojas y los tallos, se determinaba cuál era el planeta que dominaba a la planta. Saturno tenía jurisdicción sobre el roble, el níspero, la ruda, en general en plantas de crecimiento lento, sustancia crasa y virtudes narcóticas. Se trata de plantas pesadas, astringentes de sabor amargo, acre, ácido, con frutos, sin flor y de olor penetrante. Júpiter dominaba el laurel, el sándalo, la canela, el incienso, por lo general plantas suaves y dulces, con frutos y sin flor.

Marte, ejercía su influencia en aquellas de sabor amargo como la pimienta, el jengibre, la mostaza, el euforbio; plantas espinosas que producían comezón al tocarlas e irritación ocular. El Sol sobre las aromáticas; Venus en las de sabor dulce y agradable.

La astrológica enseña que los cultivos deben ser recolectados en determinadas horas planetarias, o mejor aún en el momento de la conjunción de los planetas favorables bajo cuya influencia se hallan, y fuera del radio de acción de los astros maléficos. Para obtener éxito en cualquier operación, debe tenerse en cuenta el horario astrológico. Las plantas y sus partes están sometidas a diferentes energías según los días, y ese conocimiento es esencial para la siembra, cultivo y recolección. Las plantas medicinales recogidas en determinada época contienen mayor cantidad de sustancias activas que las que se cosechan en otra.


Benéficos y maléficos
La tradición dividía a los planetas en benéficos y maléficos. Eran considerados benéficos Júpiter y Venus, y maléficos Marte y Saturno. Urano, Neptuno y Plutón, incorporados posteriormente cuando fueron descubiertos, fueron también considerados maléficos. Ptolomeo incluye a la Luna como benéfica.

Cristina Giménez

Astróloga

[email protected]
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados