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domingo,
05 de
noviembre de
2006 |
No, la palabra
que más educa
Adverbio de negación que se usa con este significado para contestar preguntas. Esto es lo que nos dice el diccionario de la lengua española sobre esta palabra, pero lo que no nos dice, es cómo y cuándo debe ser usada. Creo que es una de las palabras que más tememos oír; nunca una negativa fue bien recibida, pues coarta nuestros deseos, nuestras aspiraciones, etcétera. Pero si esta palabra en los labios de los padres se hubiera empleado con más frecuencia posiblemente la conducta de la juventud sería otra. Es muy fácil y cómodo decir "sí", pues al decir "no" debemos estar dispuestos a dar una explicación que justifique nuestra negativa. Entonces decimos "si", y nos ahorramos problemas. ¿Para qué complicarse la vida? Estimo que en la educación de los hijos debe haber muchos "no", pues las criaturas ya desde la lactancia tienen sus mañas, eso lo saben bien las madres. "Eso así no", "eso no se hace", "eso no se toca", "eso no se dice" y así sucesivamente con el "no" empezamos a educar a nuestros hijos. Lo malo es que a medida que van creciendo vamos haciendo concesiones que luego nos es difícil reprimir. "Déjalo, es chiquito, después aprenderá"... Y de esta manera hoy una cosa, mañana otra, el tiempo pasa, el chico crece y las mañas quedan. No es que yo por mi edad sea anticuado en la educación de los hijos, sé muy bien que los padres también deben ubicarse en la edad de los hijos, que los tiempos van cambiando y hay que amoldarse a ellos. Pero siempre hay un límite para todo y en las limitaciones es donde debe estar la sabiduría de los padres, que es precisamente cuando se debe saber decir la palabra adecuada: "sí" o "no". Todos sabemos lo impetuosa y arrolladora que es la juventud, ellos quieren concesiones. Actualmente todo lo tienen fácil, porque los padres suelen decir: "Yo trabajo el doble para que a mis hijos no le falte de nada, les doy todos los gustos, no quiero de ellos conozcan las dificultades, esfuerzos y sacrificios que nosotros pasamos". Entonces yo me haría esta pregunta: ¿estos hijos que crecieron sin conocer esfuerzo, sacrificio ni dificultades, cómo serán cuando sean padres? El tiempo lo dirá. Eso sí, no olvidemos que el "no" es la palabra que más educa.
Baldomero Huete Martinez,
DNI 93.524.008
[email protected]
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