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 miércoles, 25 de octubre de 2006  
El diagnóstico más pesimista del escenario

Entre "la inhumación y la resurrección" son opciones que requieren estar muerto. Y, conforme la indignación que tienen los radicales con los socialistas, no hay otra alternativa para el Frente Progresista.

"La experiencia ya está terminada. No quedamos siquiera en volver a reunirnos. No seremos nosotros los que lo oficialicemos porque queremos que sea el PS el que pague el costo de explicar por qué vinieron a romper el frente", coincidió casi media docena de popes radicales.

La UCR parece oscilar entre alternativas maximalistas, potenciadas por el silencio juramentado, a la espera de que el socialismo se haga cargo del entierro o de las pascuas de la coalición.

Por lo que en nada extrañó que un rumor atribuyera ayer a Carlos Fascendini estar preparando su renuncia a la candidatura a vicegobernador, facilitando que la convención vuelva a reunirse para que elija un nombre a la medida de las pretensiones de Hermes Binner. Tampoco extrañó que se desmintiera otro llamado a la convención, atribuyendo -además- al propio Fascendini los preparativos de una gira para estrenar su rol de candidato a gobernador de la UCR.

En los muros del comité siguen repiqueteando algunas máximas: "Binner es el gran elector y hay que hacer lo que pide", dicen que dijo Eduardo Di Pollina al ratificar que el ex intendente rechazaba, ahora formalmente, a Fascendini. Un radical sureño insistió con que "tiene metida a la (fiscal federal Griselda) Tessio entre ceja y ceja. Por eso rompe el frente".

Pero otra frase, en boca de Antonio Bonfatti (que ya usó en los pasillos de la Legislatura), desquició algunos temperamentos: "Poco importa lo que se diga. Nosotros tenemos al nuevo Carlos Reutemann".

El radicalismo acusa al PS de "privilegiar un frente a lo peronista en lugar de una concertación a la chilena, es decir, una patoteada en vez de un acuerdo civilizado". También de "meter la concertación kirchnerista en el medio".

Para ese dirigente, los socialistas "hicieron lo mismo que el presidente: primero dijeron a todo que sí y dejaron sin argumento a los radicales que dudaban en la alianza". Y recordó que, "gracias a los votos radicales, Binner ganó la diputación".

Al respecto, sentenció: "Ahora quieren sacarnos del medio porque están convencidos de que ganarán solos. Nosotros creamos al Frankenstein y ahora lo único que nos queda es cruzar el desierto, aunque tengamos que ir comiendo anchoas".
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