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 miércoles, 25 de octubre de 2006  
"Para que un árbitro rosarino dirija el clásico debe mudarse"
Claudio Martín y Sergio Pezzotta palpitan el derby del domingo
Los jueces nacidos en la ciudad confiaron que les gustaría dirigir el trascendental partido que protagonizan Newell's y Central, pero para ello deberían residir en otra localidad

Lucas Vitantonio / La Capital

El lugar: un bar tradicional de avenida Pellegrini. El ambiente: una tarde de calor insoportable. Los personajes: los árbitros rosarinos Claudio Martín y Sergio Pezzotta. El tono de la charla: distendido, con reflexiones jugosas y bromas que amenizaron el diálogo. El motivo del encuentro: abordar desde la óptica arbitral el Central-Newell's del domingo que excitará a más de un millón de personas. La frase destacada: "Para que un árbitro rosarino dirija el clásico debe mudarse".

Con la rigurosidad que tienen a la hora de impartir justicia, Martín y Pezzotta arribaron a la nota con puntualidad y a la hora de opinar no se guardaron nada. Coincidieron en que es una "deuda pendiente que un juez rosarino no pueda dirigir el clásico de su ciudad", pero reconocieron que se debe estrictamente a una "cuestión de seguridad" porque ambos tienen familia. Además, afirmaron que les "encantaría" controlar ese partido, pero para lograr eso antes deberían "mudarse a otra ciudad".

-Los hinchas y los jugadores dicen que el clásico rosarino no es un partido más. ¿Para los árbitros también es especial?

-Viéndolo desde afuera y por lo que dicen nuestros colegas no es un partido más. Hay que centrar muchísimo la atención en lo que es el juego en sí. Aparte, el clásico rosarino se devoró a varios árbitros de primera línea. Por eso cada vez es más difícil la designación. Todos los jueces tienen problemas con alguno de los dos equipos. (Martín)

-Haciendo una comparación con otros partidos se vive diferente. Esta semana la ciudad estará revolucionada. Se va palpando el ambiente en la calle. No es un partido más para el árbitro por la trascendencia. Acá un error puede complicar al juez. (Pezzotta)

-¿Qué tiene de distinto este partido?

-Dentro de la cancha es un partido como todos. Lo que pasa es que en Rosario el fútbol se vive de otra manera. Es impresionante la cantidad de gente que va a ver a Central y a Newell's todos los fines de semana estando de la mitad de tabla para abajo. Hay una competencia entre los hinchas para ver quién lleva más gente a la cancha. Por eso, el clásico no es un partido más, porque el entorno lo hace distinto. Ahora, dentro del campo nunca pasó nada extraño, nada extrafutbolístico. (Martín)

-Por lo que genera es muy parecido al clásico de La Plata. Me tocó arbitrarlo y en las semanas previas ya se hablaba del partido. En la ciudad se vive parecido al de acá. (Pezzotta)

-En este marco de expectativa y ansiedad que invade a la gente y a los jugadores, ¿el árbitro también tiene un aumento de adrenalina?

-Hoy el árbitro argentino tiene siempre la adrenalina al máximo y la responsabilidad de no equivocarse. Las presiones están porque los partidos no terminan a las seis de la tarde, sino a la noche cuando ves las imágenes por televisión. Tenés que chequear que no haya pasado nada que no viste en el campo de juego. Pero es muy difícil poder ver todo lo que captan la cantidad de cámaras que hay en las canchas. (Martín)

-Los jugadores llegan más excitados a un clásico que a otro partido. ¿Cómo hace el árbitro para sacar adelante el juego a la hora de impartir justicia? ¿Se busca hablar un poco más o es preferible imponer respeto de entrada con las tarjetas?

-Es muy personal, depende de cada árbitro y de cada partido. En los clásicos que dirigí los jugadores no protestaban tanto, estaban más concentrados en el juego y en no equivocarse. (Pezzotta)

-Hay que ver cómo se plantea el partido. En un River-Boca que dirigí a los 30 segundos tuve que amonestar a un jugador porque no me dejó opción. En los primeros diez minutos te das cuenta si los jugadores quieren jugar y los tenés que acompañar en esa postura. Siempre los actores principales son los jugadores. (Martín)
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