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 miércoles, 25 de octubre de 2006  
Fecha límite. El anuncio llega a dos semanas de las elecciones, que hasta ahora pierde el partido de Bush
EEUU dice que en un año reducirá drásticamente su presencia en Irak
Los iraquíes deberán hacerse cargo de su seguridad, afirmó el comandante militar de Washington en Bagdad

Bagdad. - Las fuerzas iraquíes deberán hacerse cargo de la seguridad del país en los próximos 12 a 18 meses, fecha a partir de la cual contarán con un mínimo apoyo estadounidense, declaró el comandante de las fuerzas norteamericanas en Irak, general George Casey. El militar añadió que Washington seguirá reduciendo su presencia militar, aunque enfatizó que no vacilará en pedir más efectivos si lo considera necesario. La declaración, que confirma versiones de prensa acerca de un calendario de retirada de las tropas de EEUU de Irak, se conoce a dos semanas de las elecciones parlamentarias en EEUU, en las que las bajas que sufren las tropas de Washington en ese país se han transformado en una pesada carga para el gobierno republicano de George W. Bush, que podría perder su actual mayoría en ambas cámaras.

El embajador estadounidense Zalmay Khalilzad, quien estuvo en la rueda de prensa con Casey, dijo que el gobierno iraquí había aceptado elaborar un calendario sobre la seguridad. El embajador, figura reconocida por su capacidad negociadora, dijo que el cronograma a completar dentro del año debe incluir acciones de desarme de las milicias shiítas, así como persuadir a los insurgentes sunitas de hacer lo mismo, para que luego ambas ramas islámicas lleguen a un acuerdo sobre la distribución de los ingresos petroleros. Varias de estas medidas deben tomarse pronto, en las próximas semanas, señaló Khalilzad.

Casey, el comandante de todas las tropas de EEUU en Irak -unas 130.000-, aseguró por su lado que el ejército iraquí está en camino de tomar la responsabilidad por la seguridad en el país de manos estadounidenses. "Hemos cubierto el 75% de una etapa de tres fases para formar las fuerzas iraquíes. Serán necesarios otros 12 a 18 meses hasta que, en mi opinión, las fuerzas de seguridad iraquíes sean totalmente capaces de hacerse cargo de su propia seguridad aunque con cierto apoyo de nuestra parte", afirmó Casey en el pasaje clave de su exposición. El mensaje que estaba enviando a EEUU era muy claro: en año o año y medio muchos de los soldados podrán volver a casa. Este mensaje llega a dos semanas exactas del las elecciones parlamentarias del 7 de noviembre.

"Los líderes iraquíes han acordado aceptar un calendario para adoptar las decisiones difíciles a fin de solucionar estos temas", subrayó por su lado Khalilzad, nacido en Afganistán. "Estamos ayudando a los dirigentes iraquíes a completar un pacto nacional. Las fuerzas políticas deben adoptar decisiones difíciles en las próximas semanas para lograr acuerdos sobre el número de temas pendientes sobre los que difieren los iraquíes", puntualizó Khalilzad. El anuncio se hace en un momento en el que las tropas de EEUU sufren numerosos ataques, con un récord de bajas en lo que va de octubre (86 muertos hasta el domingo pasado). La violencia en Irak se ha constituido así, inevitablemente, en tema central de la campaña electoral estadounidense, que entra en su recta final.


Escepticismo demócrata
El senador Jack Reed, demócrata integrante del comité de Servicios Armados, reaccionó con escepticismo al anuncio hecho en Bagdad. "Apoyo que hablen de fechas, pero estas deben ser respaldadas por esfuerzos reales y concertados", comentó.

Existe también escepticismo en Irak y entre las fuerzas estadounidenses sobre la real capacidad iraquí para afrontar la insurgencia y la violencia sectaria. Recientemente, un oficial recordaba al New York Times que varios batallones de iraquíes debieron ser retirados del servicio por su evidente incapacidad operativa. Los norteamericanos también indican que muchos policías iraquíes son insurgentes infiltrados.

En Washington, el asesor de Seguridad Nacional del presidente George W. Bush, Stephen Hadley, dijo, en sintonía con lo afirmado en Bagdad poco antes, que los iraquíes comenzaron a adoptar difíciles decisiones, necesarias para contener la creciente violencia, aunque deben hacerlo con mayor rapidez. El cargo de asesor en Seguridad Nacional tiene un gran poder en la Casa Blanca, equiparable a un secretario de Estado. En el último año, y especialmente desde febrero pasado, sunitas y shiítas se han atacado recíprocamente, causando miles de muertes entre la población civil.

"No estamos logrando los avances que desearíamos y por ello debemos analizar lo que hacemos y ver lo que debemos cambiar para lograr el tipo de avance que necesitamos", agregó Hadley.

El funcionario pronosticó que la estabilidad y seguridad no serán logradas en Irak antes de que Bush abandone la Casa Blanca. "¿Habrá paz?, ¿llegará a su fin la violencia? Por supuesto que no. Esta violencia va a continuar durante mucho tiempo", reconoció. "Pero a lo que aspiramos es a una situación en la que las instituciones gubernamentales iraquíes y las fuerzas de seguridad iraquíes puedan manejar y contener la violencia para que no amenace la integridad del Estado iraquí a fin de traer la prosperidad e inyectar vida económica" a su pueblo, agregó el titular de Seguridad Nacional.
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El soldado de EEUU participa en un control de vehículos.

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