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 sábado, 30 de septiembre de 2006  
Elecciones en Brasil. Si resulta reelecto, el ex líder sindical deberá impulsar alianzas con sus adversarios políticos
La oposición a Lula controlaría los Estados clave
De confirmarse los pronósticos, los socialdemócratas ganarán San Pablo y Minas Gerais. Indefinición en Río

Río de Janeiro. - El presidente Luiz Inacio Lula da Silva tiene asegurada la reelección en primera vuelta, según todas las encuestas, pero el poder económico de Brasil seguirá manejado por la oposición, que ganará las gobernaciones en dos de los tres Estados "clave" de Brasil -San Pablo y Minas Gerais- y expandirá su presencia en el Senado, mientras que el Partido de los Trabajadores (PT) de Lula podrá "escoger" en la Cámara baja.

"Si el presidente Lula sale victorioso de la disputa por la reelección, tendrá de inmediato un reto desgastante por delante: buscar alianzas con adversarios políticos y partidos rivales para lograr mayoría en el Senado", afirma un estudio del respetado Departamento Intersindical de Análisis Parlamentario (Diap).

La necesidad de buscar acuerdos con otros partidos se origina en los escándalos que sacudieron desde mayo del año pasado al Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, y frustraron los planes de la agrupación oficialista de expandirse en el Congreso y en las gobernaciones de los Estados en las urnas del 1º de octubre.

Si se confirman los pronósticos de las encuestas, el principal rival de Lula y del PT, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) confirmará mañana su hegemonía en San Pablo -el "corazón" político y económico de Brasil-, y en el Estado de Minas Gerais, el segundo colegio electoral del país.

En San Pablo, el candidato del PSDB a gobernador, José Serra, se perfila como ganador en primera vuelta, lo que confirmaría la hegemonía del partido socialdemócrata, que gobierna San Pablo desde 1995. Serra, quien fue derrotado por Lula en los comicios presidenciales de 2002 y es uno de los aspirantes del PSDB al gobierno de Brasil en las elecciones de 2010, será una pieza clave de la oposición en un probable segundo mandato de Lula.

Los sondeos pronostican igualmente un triunfo del PSDB en Minas Gerais, donde el actual gobernador Aecio Neves tiene elevados índices de aprobación popular y virtualmente asegurada su reelección. Al contrario de Serra, Neves mantiene una relación amistosa con Lula, y podría ser un "puente" para la negociación de un "pacto" propuesto recientemente por el presidente de la república, con miras a la aprobación de reformas en su segundo mandato.

En el tercer vértice del "triángulo del poder político" de Brasil, Río de Janeiro, la elección está aún indefinida, pero es seguro que el candidato del PT, el ex líder estudiantil Vladimir Palmeira, no tiene posibilidades de victoria, ya que suma hasta ahora en torno al 3% de las preferencias.

Sin el comando de los tres principales Estados de la federación, sin mayoría en el Congreso y apoyado por un PT en crisis a raíz de la serie de escándalos políticos, Lula tendrá que buscar, en su segundo mandato, un entendimiento amplio con otras fuerzas políticas.

La "novia codiciada", en este caso, es el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), una agrupación centrista que, según los sondeos, emergerá de las próximas urnas con por lo menos nueve gobernadores y con la mayor bancada en la Cámara baja.

No obstante, una mayoría parlamentaria basada en un acuerdo con el PMDB no es sólida, ya que el partido, que desde 2004 integra oficialmente la coalición que apoya el gobierno Lula en el Congreso, está dividido entre la facción "oficialista" y el sector "opositor", que suele votar en contra de las propuestas del gobierno.

Algunos políticos defienden que, de confirmarse su victoria en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, Lula busque una reconciliación con el PSDB. Sin embargo, esa posibilidad se redujo dramáticamente después que se reveló el fallido intento del PT de comprarse por unos 860.000 dólares un "dossier" destinado a implicar a Serra en un sonado caso de corrupción, dos semanas antes de los comicios.


Con los obreros
A horas de la elección, Lula visitó ayer a obreros de fábricas donde comenzó su carrera política como un fogoso líder sindical, en el final de su campaña hacia la búsqueda de un segundo mandato. El mandatario, de 60 años, pasó la tarde de ayer repartiendo volantes y estrechando las manos de trabajadores de dos plantas automotrices en el mismo lugar donde batalló por los derechos obreros a finales de la década de 1970.

El presidente, de gran popularidad entre la clase trabajadora, conversó con los obreros, algunos de los cuales corearon su nombre, y repartió abrazos, durante su visita al distrito fabril de Sao Bernardo do Campo, en el estado de San Pablo.
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Cierre de campaña del PT en Sao Bernardo do Campo.

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