|
sábado,
30 de
septiembre de
2006 |
Natascha y la fantasía del "houseschooling"
Entre los múltiples interrogantes y debates que abrió la aparición de la joven Natascha Kampusch, quien permaneció 8 años secuestrada, surgió aquel que preguntaba sobre su autoformación. Es que desde el inicio llamó poderosamente la atención el papel que jugaron la radio, la televisión y la prensa escrita junto a los libros, para que esta chica conozca sobre problemas sociales como el hambre en Africa o las mujeres violadas en México.
Durante el tiempo que duró su secuestro -que comenzó cuando tenía 10 años y su escolaridad estaba en pleno desarrollo- la joven permaneció recluida en un sótano, con el único contacto humano del de su raptor y sin posibilidades de comunicación directa con otras personas. En ese contexto, Natascha intentó por medio de la lectura resistir al aislamiento impuesto.
Su caso sirvió para que no pocas voces interpelaran de alguna manera la efectividad del sistema educativo y alentaran -de manera directa o indirecta- formas no convencionales de aprender.
Consultado sobre este debate, el doctor en psicología de la Universidad Nacional de Cuyo Roberto Follari es categórico: "No creo en el houseschooling, modalidad ultraindividualista ligada a fantasías de mercado como aquella de trabajar todos desde la casa vía computadora. Eso es la desocialización total, la utopía liberal en estado puro. Afortunadamente, los seres humanos -bien lo dice Lacan- nos hacemos desde el otro, desde los otros. La versión solitaria del hombre según Rousseau es enteramente falsa. Somos el fruto de nuestras interacciones, el conjunto de nuestras relaciones. En ese sentido, la escuela es altamente necesaria. En cambio, no son útiles los autistas".
Uno de los puntos que más llamó la atención en este debate abierto a partir del relato de Natascha respecto de cómo eran sus días, es el papel que jugaron los medios de comunicación como nexos con el mundo externo. Así, la joven relató que la radio, la televisión, los periódicos y algún que otro libro fueron aliados de sus aprendizajes en el cautiverio de 8 años.
También en este sentido, Follari prefiere diferenciar lo que es un verdadero proceso de aprendizaje de uno meramente instructivo o ligado a reunir información. "Es mejor una cabeza bien puesta que una bien llena. Difícilmente -dice el profesor- pueda tomarse el caso Natascha como muestra de lograda salud mental. La energía psíquica descargada de los vínculos, estaba toda puesta en aprender datos. Pero esto no dice mucho sobre saber interpretarlos o criticarlos, y menos aún sobre qué importancia dar a la información dentro del conjunto de funciones sociales que exige la vida".
Y a renglón seguido, Follari, quien es un especialista en temas de epistemología, dice: "Ello no exime de una necesaria autocrítica de la escuela en cuanto a su capacidad para motivar en la lectura y el interés genuino. Es muchísimo lo que falta por hacer al respecto. Pero aclaremos que nuestras escuelas no están en Europa, sino que sufren los embates de la enorme marginalidad social que dejaron el menemismo y el delarruismo neoliberales. Los que hacen que en vez de dar clases, haya que dedicarse a la asistencia social más elemental".
enviar nota por e-mail
|
|
|