Bariloche, buceo entre montañas

Para los amantes del deporte subacuático la temporada ideal es durante este mes y abril y el lugar propicio para despuntar el vicio en esta zona patagónica son los lagos Moreno y Nahuel Huapi

Con sus lagos de montaña, Bariloche es el lugar ideal para la práctica del buceo. La increíble transparencia de sus aguas con temperaturas un poco menores a las de Puerto Madryn y sus variados sitios y tipos de buceo, hacen de éste uno de los mejores puntos del país.

La temporada ideal para despuntar el vicio es entre septiembre y abril, época en la que uno puede sumergirse cómodamente con trajes húmedos completos. El paisaje de montaña se extiende bajo el agua mezclándose con truchas, percas, puyenes, cangrejos, caracoles, mantos verdes de distintas vegetaciones y paredes de piedra a pique.

Todos los buceos son de altitud (750 m.s.n.m.) y entre los más vistosos se encuentran los que podemos realizar desde la costa en Bahía López, en la angostura donde se comunican los lagos Moreno y Nahuel Huapi, o embarcados en la Isla Gallina.

Esta isla se encuentra a 9 kilómetros navegando desde el puerto de la ciudad y junto a la isla Huemul. La inmersión combina el buceo profundo con el multinivel, ya que se comienza el descenso hasta los 28 metros de profundidad y se asciende por el contorno rocoso de sus paredes, dónde se comprueba la excelente visibilidad de esta agua (de 15 a 20 metros).

Sobre el fondo arenoso se encuentran bancos de almejas, langostas de agua dulce y cardúmenes de alevinos. Desde hace unas pocas temporadas se ha conformado un interesante parque subacuático, compuesto por tallas de madera realizadas por artesanos locales, la mas prominente de ellas con la figura de Neptuno, rey de las aguas, y además una pequeña gruta con una virgen a doce metros de profundidad.


Chapuzón al abismo
La temperatura a estas profundidades es de 14 grados aproximadamente, subiendo algunos grados a profundidades menores. La otra inmersión recomendable se encuentra a la altura del kilómetro 13 de circuito chico. Se comienza descendiendo en el lago Moreno, que desemboca en el Nahuel por medio de un arroyo navegable de unos 200 metros de curso.

Se debe llevar una boya marcadora debido al tráfico presente en los lagos. Apenas nos adentramos bajo el agua se pueden divisar docenas de troncos de cohigues apilados unos encima de otros, que brindan al sitio un aspecto cautivante. En la otra margen del lago, la pared de la montaña baja hasta los 12 metros, formando enormes galerías con otras rocas que las enfrentan.

Desembocando en el arroyo, cuya corriente abajo nos lleva al Nahuel, dónde se aprecia la menor temperatura por ser un lago de mayores dimensiones que el anterior, nos encontramos con árboles de mayor envergadura, y la visibilidad no deja de sorprendernos al alcanzar a ver a la distancia algunas truchas.

Es recomendable llevar en estas inmersiones una bolsa para juntar residuos de los fondos, ya que estas zonas lacustres reciben la visita de muchos turistas y generalmente los desechos van a parar siempre al fondo del lago.

Para los que no son buceadores, a la altura del kilómetro 8, en la Playa Bonita se puede tomar un minicurso y realizar un bautismo en un ambiente seguro sin dejar de disfrutar las excelentes condiciones del lugar.

Otra inmersión que llama la atención a todos los buzos que visitan este rincón sureño es el Bosque sumergido del lago Traful, pero está condicionado a la temporada de pesca, además del clima. Los servicios incluyen traslados hasta la zona de buceo, provisión de equipos y guías o instructores locales que conocen los lugares a fondo.

Cualquiera sea el punto de buceo de esta zona, todos tienen las mismas características, aguas transparentes, fondos rocosos y de arena, árboles y una variada fauna, que hacen de esta parte de la Patagonia un lugar digno de explorar.

El paisaje de montaña se extiende bajo el agua mezclándose con truchas y vegetaciones.