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 domingo, 24 de septiembre de 2006  
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Novela
  • La rabina, de Silvia Plager. Planeta, Buenos Aires, 2006, 376 páginas, $ 42.

    "Esther sólo lograrás hacer daño a tu comunidad, a tu familia, a tu matrimonio. Y lo que es peor, arruinarás tu vida", la frase suena más a sentencia que a consejo. Sin embargo, es lo que un padre justamente dice a su hija que ha decidido ser rabina. Silvia Plager escribe una novela sobre esta historia, la de una mujer que plantea desafiar a su familia y que no teme interrogar e interrogarse sobre las tradiciones y la cosmovisión religiosa. Esther Fainberg, tiene 26 años y es una judía criada en al barrio del Once, pero ahora vive en Nueva York. Desde ese territorio, el de las mixtura, decide vencer prejuicios.




    Narrativa
  • Desencuentros, de Luis Sepúlveda. Tusquets, Buenos Aires, 2006, 248 páginas, $ 28.

    Veintisiete relatos componen este libro del escritor chileno Luis Sepúlveda. Las historias si bien están reunidas en torno al desencuentro, al transitarlas también el lector podrá recorrer los caminos de la amistad y el amor. Los distintos tonos a los que apela el autor permiten que estas pequeñas narraciones puedan arrancar una sonrisa cómplice, una reflexión precisa o alguna identificación en quien las lee. Los personajes que las protagonizan atraen por sus múltiples perfiles, a veces simulados como personas comunes y otras, presentados como seres estrafalarios que de tan únicos logran conmover.




    Ensayo
  • La Plaza de Mayo, una crónica, de Silvia Sigal. Siglo XXI, Buenos AIres, 2006, 352 páginas, $ 36.

    Como si fuera el trabajo de un antropólogo, este ensayo despega las múltiples capas de sentido que ha acumulado la plaza como espacio público. Y esa característica tiene múltiples abordajes, no sólo por su uso colectivo sino también porque ese ámbito implica publicidad. Pero si además esa plaza es la de Mayo, las significaciones se recargan aún más. La autora elige tres fundaciones para analizar el fenómeno: la patriótica, la peronista y la de las Madres. "Los sentidos o memorias de la Plaza emergieron tan sólo de acontecimientos socialmente seleccionados", advierte.
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