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 domingo, 24 de septiembre de 2006  
Opinión: Pipo y Nery, dos metas diferentes

Luis Alberto Yorlano / especial para Ovación

Decía José Hernández en el Martín Fierro que "no hay prenda que no se le parezca al dueño" y llevándolo al fútbol, no hay equipo que no se parezca a su técnico. Es importante diferenciar entrenar de dirigir. El entrenador no hace más que trabajar sobre las pautas físicas y se trata de conseguir buenos resultados a través del trabajo. Por esto es muy común escuchar decir a los jugadores después de un partido que se ha perdido "esta semana trabajaremos más para no cometer los mismos errores". Esto es una frase hecha. Y nada cambiará en esa semana, seguirán haciendo lo mismo.

La conducción táctica es distinta. Como punto de partida todo nace a partir de la técnica del jugador y la habilidad del conductor para incorporarla en el funcionamiento del equipo. Este concepto es cada vez menos visible y solamente se aprecian repetidas jugadas que apuntan a la búsqueda de los errores del rival más que a las virtudes de sus dirigidos.

De los clubes de primera división, Boca es el único que aprovecha todas las variantes que le dan las técnicas de sus jugadores. En los dos equipos de Rosario, hay mucha tela para cortar. Analizándolos, no hay dudas que se acerca mucho a lo que decía José Hernández. Central, con la conducción de Gorosito, es notoria la estrategia que quiere aplicar a sus dirigidos y no hay duda que, por la manera de jugar que tenía, posee suficiente autoridad para asegurar que se puede hacer. El DT auriazul fue uno de los últimos grandes lanzadores del fútbol argentino. Y formó en San Lorenzo una sociedad exitosa con Alberto Acosta. Eso es lo que está buscando en Central. Sabe bien que no tiene un volante capaz de manejar la pausa y la pelota metida justa en la zona donde más le duele a la defensa contraria. Como también tener un hombre de desborde por derecha para el cabezazo de Wanchope.

Por izquierda las cosas están bastante claras. Con el Kily tiene velocidad y el centro cruzado, lo que no se entiende es por qué no es tenido en cuenta Germán Rivarola como titular. Por las variantes que viene realizando, no quedan dudas que Gorosito tiene bien en claro lo que está buscando. No es un técnico que divide la pelota y busca que sus equipos además de ganar jueguen bien. En Newell's las cosas son distintas. Es cierto que Pumpido no tiene en esta temporada a cuatro jugadores que fueron importante en el ciclo anterior como Belluschi, Zapata, Husain y Ortega. Le cuesta recuperar la pelota y cuando la consigue no tiene el hombre capaz de crear la pausa o la sorpresa. Pero, por la idiosincrasia del técnico, se las arregla con la que mejor maneja: la pelota por afuera y el centro buscando un cabeza salvadora.

Ha tenido, este año, el buen ojo de descubrir a Tacuara Cardozo, que, por el momento, con sus goles, le da oxígeno, pero no soluciona las problemas de funcionamiento que tiene su equipo. El paraguayo hace goles, lo preocupante es que el equipo no es capaz de mantener la mínima diferencia y para sacar un resultado positivo tiene que hacer más de dos goles, como sucedió frente a River y con Quilmes, que hizo tres goles y terminó pidiendo la hora. Gorosito está en la búsqueda del fútbol que él jugaba, mientras que Pumpido busca el resultado como único objetivo. Los dos tienen sus razones. Pero no hay dudas que arriesga mucho más el técnico de Central. l
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