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 domingo, 24 de septiembre de 2006  
Panorama político
Nuevas historias en Santa Fe

Mauricio Maronna / La Capital

El martes pasado, Carlos Reutemann recorrió cinco cuadras desde el hotel en que se alojaba e ingresó sigilosamente al imponente Four Season, donde se hospedaba el presidente Néstor Kirchner. El santacruceño no utilizó subterfugios: "Lole, te necesito en Santa Fe". El senador repitió su negativa a ser candidato pero dejó todas las puertas abiertas para seguir siendo un aliado del jefe del Estado.

Ante el enjambre de periodistas que lo buscaron a sol y sombra durante los casi siete días que duró el viaje a Nueva York, Reutemann dijo en un instante que "no" había hablado con el presidente sobre su postulación a gobernador. Y se abrió paso entre micrófonos y libretas de apuntes. Una mentira piadosa.

"A la lápida bajo la que está enterrada mi candidatura póngale la Estatua de la Libertad", bromeó el hombre que sigue derrumbando récords a la hora de rechazar postulaciones. "¿Usted cree que a mí me gusta que me hinchen las pelotas con esto? Qué se yo, se dio así, será el destino", comentó el Lole desde la Gran Manzana.

"Primero vino (Carlos) Menem a decirme que tenía que enfrentar al Cabezón (por Duhalde) en la interna y lo mandé al diablo; después, el mismo día que gané la Gobernación, en el 99, cuando bajé del balcón de la Casa Gris fue el mismo Duhalde el que me imploró que si yo aceptaba competir contra la Alianza él se bajaba. Y ahora esto", se suelta el hombre que, pese a tantas negativas, logra que todos hablen de él.

"Se lo dije a La Capital, dos veces se lo comuniqué al presidente del PJ, Norberto Nicotra, tres veces se lo repetí a Kirchner. Es «no», y basta", se planta (¿sobreactúa?), conociendo las dudas que sobrevuelan al interlocutor.

"Al perro de uno hay que pasarle la mano por el lomo", dijo en julio, cuando este diario publicó que no sería candidato. Pues bien, el presidente tomó nota, casi lo obligó a viajar al destino más trascendente y (según el gobernador mendocino, Julio Cobos), le dispensó un trato afable como a casi ninguno de los miembros de la comitiva.

"Tiempo al tiempo. En este viaje nos enteramos cuál era el mejor piloto de Fórmula 1, cuál el mejor bólido... Pero del justicialismo santafesino no supimos nada", chisporroteó el jefe de Gabinete, Alberto Fernández. Claro está, tampoco le iba a revelar nada fulgurante a quien considera una especie de quintacolumna de Hermes Binner.

Rafael Bielsa, Agustín Rossi y Omar Perotti son los únicos nombres en cancha para mantener el invicto justicialista en la provincia. En diciembre (si todas las precandidaturas quedan en pie hasta esa fecha) se hará un relevamiento de encuestas y proyecciones. Saque el lector sus propias conclusiones.

Pero la semana política estuvo otra vez zarandeada por algunos episodios irresueltos y algo que estaba más cantado que el Himno Nacional. En el radicalismo debieron pasar para mejor oportunidad una reunión clave con los socialistas, programada para mañana, donde al fin se iba a conocer el nombre del acompañante de Binner en la fórmula del Frente Progresista.

Ante la eventualidad de que los correligionarios se despellejen frente a las miradas de sus compañeros de ruta decidieron tomarse un tiempo para la reflexión, tratar de salir del pantano y llevar al menos "una terna" de potenciales postulantes a vicegobernador.

"Esto es un despiole. Hay algunos que piensan por sí mismos sin tener en cuenta que lo importante es lograr un armado que consolide lo que sucedió en las legislativas del 2005. No tenemos que perder votos, por eso lo mejor que nos puede pasar ya no es llevar a alguien que le sume a Binner sino que no le reste", fue la descarnada composición que hizo un histórico dirigente del partido de Alem.

No es exacto que los peronistas repitan la chicana que hacían a la Alianza radical-frepasista que estaba en el poder, llamándola como el dúo Pimpinela. Están tan lentos de reflejos que ya ni se acuerdan del Trío San Javier. "Será varón, será mujer...", cantaba el combo musical, en un hit que sonó en los 80. Justo es decirlo: se mantuvo más tiempo en los charts que Fernando de la Rúa y Chacho Alvarez en lo más alto de la pirámide institucional.

"Varón" no dijo la partera, sino Felipe Michlig, desafiando al gran elector opositor, quien había asegurado que su acompañante será "una mujer de la ciudad de Santa Fe". El nombre de Griselda Tessio apareció como derivación de algún código que alguien no respetó, teniendo en cuenta que el socialista no impuso esa posibilidad sino que se limitó a elogiar las condiciones éticas de la fiscal.

Y ahí está Carlos Fascendini pretendiendo ser el número dos y ahí (dicen) se encuentran Felipe Michlig y Juan Carlos Millet probándose los trajes de primer candidato a diputado provincial y nacional, respectivamente.

No es la mejor manera de borrar las dudas de los santafesinos sobre una coalición que, en el ámbito nacional, desembocó en un presidente huyendo en helicóptero.

Para no repetir la historia, al diputado Antonio Bonfatti le han escuchado pronosticar que no se irán de la forma en que los peronistas pronostican sino que entrarán a la Casa Gris con "un ejército de abogados" para quedarse por el resto de los días.

El Frente Progresista debería funcionar a la hora de articular sus candidaturas como un mecanismo de relojería suiza, pero para eso los radicales tendrán que pegar un salto de calidad con relación a la acústica de sus discusiones.

Los socialistas, más prolijos, ya establecieron una táctica que, creen, les dará los resultados esperados. Binner evita entrar en el fango discursivo y prefiere recorrer los escasos programas periodísticos porteños con su leit motiv de campaña: "Hay que pensar el país en celeste y blanco".

Con su estilo parco, ausente de estridencias (algo poco común entre la vocinglería política nacional) ha logrado seducir hasta a Mariano Grondona. Se sabe: a la derecha del conductor de Hora Clave, sólo se encuentra la pared. "Estamos frente a un estadista", decodifica el doctor, que, con el ex intendente, logra lo que no puede con otros: llevar al set a un político de relieve.

Rafael Bielsa es el que más rápidamente entendió cuál debe ser la estrategia para arrastrar a Binner a otro redil: debatir, debatir y debatir. Pero el socialista lejos está de aceptar el convite y dejará todas las sillas vacías, habiendo internalizado una frase que en un país del Primer Mundo llevaría a la derrota pero aquí se ha convertido en cosa juzgada: "El que va ganando no debate".

Y así seguirá Binner, pensando en celeste y blanco y regalando cd's de León Gieco con el track dedicado a Pocho Lepratti.

Pero algo amanece en Santa Fe: el gobierno nacional ya inició el operativo seducción a intendentes y presidentes de comuna radicales, con objetivos de máxima y de mínima. A la visita que una treintena de ellos hizo a la Casa Rosada les seguirán varios más en las próximas semanas.

La apuesta mayor será sumarlos al ejército de radicales K que se expande de norte a sur y de este a oeste de la Argentina. ¿Por qué Santa Fe debería ser la excepción cuando el Ejecutivo nacional no se anda con chiquitas en esta cuestión? "Nos ofrecen mucha guita para obras, pavimento, refacción de instituciones públicas, es tremendo", admitió a La Capital un intendente del sur de la provincia, que se vio por primera vez cara a cara con Oscar Parrilli y uno de los Fernández. "Por favor, no ponga mi nombre", imploró el hombre.

Al tiempo en que esto sucede, la UCR, de la mano de Raúl Alfonsín (que suma años pero también mañas) ha hecho llegar una orden que no será reconocida públicamente por ningún dirigente santafesino: "Necesitamos que los socialistas apoyen la candidatura de Roberto Lavagna". En la mesa de arena del ex ministro de Economía saben que es imposible juntar al PS con el duhaldismo y, tal vez, con los macristas. Pero creen haber encontrado la solución: tejer alianzas distritales y no nacionales.

"En Capital Federal hay que acordar con Macri, y en Santa Fe con Binner. Creo que ya hubo un diálogo entre Lavagna y (Rubén) Giustiniani. Acá son importantes Alfonsín, la Internacional Socialista...", dicen desde el riñón lavagnista.

Falta un año para las elecciones en Santa Fe y dos octubres para las nacionales. Todo está muy rápido acá.


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Carlos Reutemann, Hermes Binner y la UCR.

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