El primer bailarín estrena hoy "Argentino" en el teatro El Círculo

"Me gusta el rock porque es muy de las entrañas, pero igual amo a los clásicos"

Maximiliano Guerra dijo que en su nuevo espectáculo apela a la necesidad de defender la identidad nacional

Rodolfo Bella / Escenario

Maximiliano Guerra debuta en Rosario con su nuevo espectáculo "Argentino", esta noche, a las 21, en el teatro El Círculo. El bailarín apuesta una vez más a fusionar los clásicos con el rock, en este caso el de Bersuit Vergarabat. El artista explicó a Escenario que el tema "Un pacto" sirvió de disparador para la coreografía que da título al show. "Esto tiene que ver con demostrar la fuerza, las ganas que todos tenemos de hacer. «Argentino» tiene que ver con sentirse identificado con la argentinidad. Que se llame así me parece que nos da a quienes estamos arriba del escenario y al público un poquito más de orgullo de ser argentino", dijo el artista.

-¿Qué te llevó a ponerle un nombre tan rotundo como "Argentino" al espectáculo?

-Generalmente lo que hago es buscar el título del espectáculo a través de algunas de las obras. "Argentino" tiene que ver con sentirse identificado con la argentinidad, está hecho en la Argentina y por argentinos. Creo que el hecho de que se llame así nos da a quienes estamos arriba del escenario y al público un poquito más de orgullo de ser argentino.

-¿Qué encontraste en la música de Bersuit?

-Me gustaron mucho las letras, pero sobre todo lo que más me llamó la atención fue la fusión que lograron con ritmos tremendamente folclóricos argentinos y con cómo suena el rock and roll arriba. Es maravilloso y me pareció que era justamente lo que demostraba eso que siento yo del argentino: que tenemos unas raíces muy fuertes, un ritmo y una base muy sólida y arriba tenemos un rock que también es muy bueno. Esa es la idea de argentinidad que yo veo.

-No es la primera vez que usás el rock como eje de un espectáculo. Ya lo hiciste en "Con gloria morir", con la versión del Himno Nacional de Charly García. ¿Sos un bailarín rockero o un rockero que se dedica a la danza clásica?

-Bueno, a mí siempre me gustó el rock, me acompañó toda mi adolescencia, me gusta tocar la guitarra, toqué la batería con algún grupo por ahí. El rock and roll me parece una forma de expresión musical muy fuerte, muy de las entrañas, pero no dejo de amar los clásicos. Me gusta toda la música que me movilice. Y sí, de hecho hice "Cuentos", con música de Aerosmith, y también "The End", con música de Pink Floyd y Phill Collins.

-¿Cómo se compagina en tu trabajo el rigor técnico que exige la danza con la idea de libertad sin restricciones que parece exigir el rock?

-La disciplina y la rigurosidad que tenemos que tener para ser bailarines clásicos es lo que nos da la base. Siempre lo comparo con un árbol, que después que crece tira las ramas para donde quiere. Esa esa es la libertad, pero la raíz es muy sólida. Nosotros entrenamos todos los días y ensayamos siempre primero los clásico, nos fortalecemos y a través de ese fortalecimiento que tenemos en el cuerpo y en el entrenamiento nos podemos dar la libertad de tirarnos por el suelo, levantarnos, saltar, hacer otras cosas que exige la danza contemporánea. También porque es un paso obligado del bailarín actual. Hoy un bailarín no puede ser solamente clásico, o contemporáneo o folclórico. Tiene que tener un poco de toda esa fusión.

-¿Puede pasar que quien vaya a verte bailar un pas de deux, cuando te ve saltando y tirándote por el piso se pregunte qué fue a ver?

-No, porque en todos los programas intento darles material a los dos públicos. Bailo "Bayadera" en el principio y al final termino haciendo rock and roll. Esa reacción es algo que me llamó mucho la atención, justamente hace unos días cuando volví de La Rioja. En el aeropuerto me encontré con una señora bastante anciana, habrá tenido unos 80 años, y estaba fascinada con el ballet de Bersuit. Y si bien uno podría pensar que era una persona que había ido a ver a Maximiliano Guerra, a ver el clásico y demás, estaba encantada con esa coreografía porque decía que le había puesto los pelos de punta y la había emocionado muchísimo. Y eso es muy valioso.

"La disciplina de los bailarines clásicos nos da la base para otras cosas".