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domingo,
17 de
septiembre de
2006 |
[Nota de tapa]
Un viaje al Nirvana interior
La publicación del diario de Kurt Cobain permite acercarse a su figura a 12 años de su muerte. Otra mirada sobre el clásico lema sexo, drogas y rock & roll
Leo Graciarena / La Capital
"Dios santo, no soporto el éxito! ¡El éxito! ¡Y me siento tan increíblemente culpable! Por haber abandonado a mis verdaderos colegas, a los que son fieles de verdad, a los que nos seguían hace unos años". La publicación de una ínfima porción de escritos de Kurt Cobain, el líder de la banda Nirvana, quien se suicidó disparándose en el rostro en abril de 1994, es una opción para hurgar en la compleja realidad de un músico que sólo quería tocar con su grupo, andar de gira y no ser la voz de toda una generación, "la X".
Para los fanáticos de Nirvana, "Diarios" (editado por Mondadori) cuenta con comentarios del propio Cobain sobre los borradores de los temas que dieron forma a "Bleach" (1989) y a "Nevermind" (1991), disco que vendió 50 millones de copias. También hay bosquejos de canciones incluidas en "In Utero" (1993), el último que se editó mientras Cobain vivía.
Para los que busquen en "Diarios" los porqués del suicidio del músico, podrán leer a un Cobain que explica su niñez carente de afecto; su errático paso por la secundaria; sus problemas estomacales; su adicción a la heroína y sus enfrentamiento con los críticos de rock. Cobain era en esencia un músico under que fue calcinado por la sobreexposición en el mundo del rock. Escribió: "El rock corporativo sigue siendo una mierda".
Esta es la primera vez que puede leerse lo escrito por Cobain aunque algunos fragmentos ya fueron citados en "Heavier than Heaven", la biografía de Charles C. Cross sobre el músico, aprobada por Courtney Love, su viuda.
Si bien nadie tiene derecho a leer el diario íntimo de ninguna persona y menos de vender el de un muerto, echado a rodar el libro se abre como una oportunidad para comprender su mundo interior.
Este fragmento de la vida íntima del músico fue vendido por Courtney Love por cuatro millones de dólares en febrero del 2003. "Diarios" está compuesto por una colección de notas escritas de puño y letra en cuadernos con espiral, papeles sueltos y hojas con membrete de hotel, entre otros originales.
En las páginas seleccionadas por Clara Drechsler y Harald Hellman (y traducidas al español por Angeles Leiva) hay gacetillas de prensa, breves reseñas inventadas, viñetas y réplicas a los críticos de rock. "Hay más periodistas malos de rock que malas bandas de rock", advierte el músico.
El libro repite el mismo recurso como estructura narrativa. En una página, una copia del original y en la siguiente, el texto traducido. Así pueden apreciarse tachaduras, garabatos y dibujos que acompañan a los escritos, lo que le da frescura a la lectura del diario del rey de la movida grunge.
En las 319 páginas, menos de la mitad si se piensa que son traducciones, está parte de la cotidianeidad de Cobain entre 1988 y 1994. El diario, al alcance del público, termina el 4 de marzo de 1994, un día antes que Cobain sufriera una sobredosis de calmantes en un hotel en Roma. Justo un mes antes de su suicidio. Y aunque en la solapa de la edición en español la promete, no se incluyó la nota suicida que Cobain dejó antes de volarse la cabeza en Seattle, donde residía.
El diario de Cobain es imprescindible para los fans de Nirvana y para aquellos que aún veneran los sonidos del grunge. Son ellos los que más provecho podrán sacarle. Aunque también se torna interesante para quienes pretendan acercarse al cosmos de este músico, pero deberán recurrir a otras fuentes para ampliar sobre su vida
Los borradores de las canciones de "Nevermind" (1990), la primera versión del clásico "Smells like teen spirit", comentarios inéditos sobre las canciones de "In Utero" e incluso el primer nombre que barajó Cobain para ese disco, "Me odio y quiero morir", son parte de los originales exhibidos. También hay retoques a los temas e ideas para los videos, por sobre todo de "Smell like teen spirit", "Rape me" y de "Heart shaped box".
La narración comienza en 1988, con un Cobain de 21 años luchando para conseguir que alguna discográfica le ofreciera un contrato a su banda. Puede verse su comunión con el bajista Chris Novoselic y la lucha por encontrar un baterista que les siguiera el ritmo, que terminó siendo Dave Grohl, quien ingresó en plena gestación de "Nevermind", segundo disco del trío.
El dolor
También se refleja la baja autoestima que el músico tenía: "Todo es por mi falta de educación, por mi falta de inspiración, por mi cobarde búsqueda de afecto y mi rutinaria vergüenza hacia muchos de los que tienen mi edad. Sólo es una montaña de mierda como yo". Y luego agrega en tiempo de alma atormentada: "Estoy aterrorizado por el ridículo. Uso pedazos de las personalidades de los demás para formar la mía".
Y el haberse criado en Aberdeen, a 30 kilómetros de Seattle, no lo favoreció. Esta población ostenta el récord de ser una de las ciudades con la tasa de suicidio más elevada de los Estados Unidos: 27 suicidas por cada 100.000 habitantes, dos veces más que en el resto del país. El desempleo, alcoholismo, drogadicción y la violencia doméstica ayudan a completar el cuadro.
Además, los lectores tendrán acceso a la vida de Cobain de la mano de la heroína. "Probé la heroína por primera vez en 1987 en Aberdeen y seguí utilizándola unas 10 veces más desde el 87 hasta el 90. Cuando volví de nuestra segunda gira europea con Sonic Youth decidí consumir heroína a diario debido a una dolencia estomacal que llevaba sufriendo desde hacía cinco años y que me había llevado literalmente a pensar en el suicidio. Todos los días de mi vida durante cinco años", cuenta Cobain.
"Cada vez que tragaba un bocado de comida sentía un dolor en el estómago. El dolor se volvía aún más fuerte cuando iba de gira debido a la falta de unos hábitos alimenticios correctos y regulados y de una dieta adecuada. Desde el comienzo de dicha afección me he sometido a 10 intervenciones distintas en las zonas gastrointestinales superiores e inferiores que han revelado una inflamación brutal en el mismo punto. He consultado a 15 médicos distintos y he probado una cincuentena de medicamentos para la úlcera. Lo único que he visto que funcionaba eran los opiáceos fuertes. Muchas veces me veía literalmente incapacitado en la cama durante semanas, vomitando y muriéndome de hambre. Y llegué a la conclusión de que bien podría ser un yonqui si ya me sentía como tal", relata.
Pero "Diarios" no muestra los escritos de un rockero consumido por la adicción, líder de una banda vendedora de algunos cientos de placas con varios hits en la MTV. Sino todo lo contrario. Es el testimonio de la construcción del discurso de Nirvana. En sus anotaciones en cuadernos con espiral hay crítica aguda y lúcida sobre el entorno del mundo del rock, la cultura estadounidense, los periodistas que trabajan de críticos musicales y la sociedad en general a la que califica como "machista, fascista, competitiva y opresora".
Los diarios sirven, además, para atestiguar el fenómeno Nirvana. Y más allá de arrestos aislados, explosiones de cólera o párrafos manuscritos donde se advierte el temblor del yonqui desesperado, no hay allí una colección de conceptos deshilachados.
Los amores
Muy pocas son las referencias que hay en "Diarios" sobre la relación con Courtney Love, con quien se casó en febrero de 1992 en Hawai y de su hija Frances Bean, quien hoy tiene 12 años. "La idea de perder a mi hija, me persigue día tras día. Hasta me pone un poco nervioso llevarla en el auto por miedo a tener un accidente", le escribe Kurt a su padre Donald.
"Juro que si alguna vez me veo en una situación similar a la tuya con lo del divorcio lucharía hasta la muerte por conservar el derecho de mantener a mi hija. Haré lo indecible por recordarle que la quiero más que a mí mismo", confiesa Cobain.
Este libro también es una pieza que ayuda a entender muchas cosas a aquellos que consumen compulsivamente la industria del rock y sus deidades. Aquellos que no son de estos palos, deberán tomar previsiones. Diarios no está estructurado por fechas, las guías de los editores para los que no conocen la historia de Nirvana son mínimas y, como si eso fuera poco, está españolizado. Es decir, hay que tener mucha imaginación para encontrar la imagen de Cobain escribiéndole a un gerente de una discográfica independiente: "¿Creéis que podríais enviarnos, por favor, una respuesta diciéndonos: «Iros a la mierda» o «No nos interesa», para que no tengamos que malgastar más dinero mandando una cinta?".
Pero recorrer las páginas de este libro permite sacar un boleto preferencial para viajar por el Nirvana interior de Cobain.
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Fotos
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"El rock corporatico sigue siendo una mierda", anotó Cobain.
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