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domingo,
10 de
septiembre de
2006 |
Con trabajo y contención afectiva
Evaristo B. no obtuvo salidas transitorias en el marco de su condena. Pero actualmente tiene permisos terapéuticos como paciente psiquiátrico de la cárcel. Cuando sale, lo recibe su padrino que vive en Funes, quien por expreso pedido del sacerdote Tomás Santidrián lo alojó en su casa y le proporcionó un trabajo en su taller familiar. Evaristo, huérfano de muy chico, fue criado en uno de los hogares de Santidrián.
La familia de Funes expresó su voluntad de ayudar a Evaristo, quien contó al Servicio de Psiquiatría de Coronda que había sido traído desde Paraguay de pequeño y abandonado. Nadie de su entorno niega que Evaristo tiene trastornos de comportamiento. Estas variantes de su conducta no obstante, según los informes psiquiátricos, no lo vuelven peligroso.
En junio pasado, los especialistas del Servicio de Psiquiatría detectaron que "por el momento" no consideraban necesario que Evaristo recibiera medicación psicofarmacológica. Informaron también que "vivir en familia hasta el momento está obrando como muy buena medida terapéutica".
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