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domingo,
10 de
septiembre de
2006 |
Argentino ganó con lo justo
El salaíto venció a Villa Dálmine 1 a 0 de visitante y se acercó al líder Acassuso
Mauricio Bártoli / La Capital
Los goles no se merecen, se hacen. ¿Qué duda cabe? Si se acepta o no esa filosofía futbolística es otro cantar. Lo cierto es que Argentino sacó ayer el máximo provecho posible de sus oportunidades para llegar a la red, porque antes y después de la jugada en la que festejó no llegó con demasiado peligro. Y Villa Dálmine no supo convertir las múltiples situaciones que generó ni las que le ofreció su visita. En definitiva, fue 1 a 0 para los salaítos en Campana. Y poco hay para discutir.
Un análisis del partido minuto a minuto debe consignar que los locales tuvieron mucho más tiempo la pelota y en el arranque mostraron más movilidad para armar sociedades entre sus hombres de arriba. Pero también es cierto que salvo un derechazo potente de Rabbia, que tras el rebote de Denis Roberts desaprovechó Monzón, El Viola no transformaba su dominio en contundencia.
Así fue hasta que el albo tuvo su primera llegada clara, a los 25'. Darío Cabrol envió un tiro de esquina con guante, Mauricio Inza se anticipó a todos, ganó de arriba y con un cabezazo cruzado hizo que la pelota primero pegara en el segundo palo y luego entrara mansa, dejando al arquero petrificado.
La sorpresiva diferencia alteró el ánimo de los dos equipos: Dálmine sintió el golpe y perdió agudeza en su juego, en tanto Argentino, si bien no pasó a dominar en forma absoluta, se plantó mejor en el campo y logró buenas combinaciones en su poblado mediocampo.
En el segundo tiempo, la adrenalina la aportó Denis Roberts que, como ya lo había hecho a los 35', se complicó solo y provocó una situación de peligro innecesaria: una vez lo salvó Inza y en la otra Stagnari. Después, el debutante arquero albo se reinvindicó: tapó dos pelotas dificilísimas, que sin su confianza y elasticidad le hubieran dado el triunfo a Dálmine.
El resto del partido se cerró media hora antes, cuando Tschudy reemplazó a Palma por Balbuena, mandó a éste arriba e hizo retroceder a Sánchez. La ventaja, aunque mínima, resultó indescontable para Dálmine, por sus propias carencias y porque en cada ataque se encontraba con una línea de zagueros bien plantada, que tuvo a Raggio y a Stagnari como abanderados para asegurar los tres puntos.
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Fotos
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Inza frena la carga de un delantero del equipo de Campana.
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