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jueves,
24 de
agosto de
2006 |
Un modelo para imitar
Más allá de la exhibición y el comportamiento que tienen en el rectángulo de juego, los integrantes del seleccionado argentino son un ejemplo a imitar, porque siempre están predispuestos a dialogar con la prensa, a firmar autógrafos a los hinchas o a compartir momentos con los transeúntes que los paran por las calles de Sendai.
Las comparaciones muchas veces son odiosas, pero bien valen en este caso, ya que estos grandes basquetbolistas consideran a cualquier representante de la prensa, ya sea de televisión, de una radio o de un medio gráfico. Cada jugador, inclusive el entrenador Sergio Hernández, atiende con amabilidad y a veces aparecen algunas bromas, que hacen sin dudas mucho más agradable la entrevista.
Jugadores como Ginóbili, Nocioni, Oberto, Pepe Sánchez y Herrmann dejan de lado cualquier vedetismo y responden una tras otra las preguntas, sin mostrarse reacios o a esquivar el bulto cuando alguna cuestión es comprometida.
La zona mixta del Sendai Arena se llena de micrófonos, cámaras de TV o fotos para registrar los conceptos de estos astros del básquetbol mundial, que siguen buscando sumar lauros.
Pero no solamente en el estadio se muestran atentos a los requerimientos. Algunos de ellos salieron a recorrer el centro de Sendai y pararon ante la mínima consulta de parte de la gente.
Lo hacen por convicción, no por falsa modestia. Porque este grupo fue concebido de manera tal que sabe que está en los umbrales de continuar engrandeciendo a la Generación Dorada del básquetbol albiceleste, que ya fue subcampeón del mundo en Indianápolis 2002 y se alzó con la gloria olímpica en Atenas 2004.
Es inevitable hacer comparaciones, pero muchos futbolistas no se desenvuelven de esta manera. Y eso que han ganado menos títulos y algunos ni siquiera están en la consideración de la prensa mundial. (Télam)
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