UNR logró el título en fútbol de salón

Elbio Evangeliste / La Capital

El primer equipo de fútbol de salón de Universidad Nacional de Rosario logró tomarse revancha de la derrota sufrida en instancias de semifinal en la temporada pasada. Esta vez sí subió hasta el último peldaño y así se coronó campeón del torneo local luego de imponerse a Rowing por 5 a 4. Las dudas de que se trata de un justo campeón pueden resultar escasas, más si se tiene en cuenta que en el encuentro de ida los universitarios también se habían impuesto, en ese caso por 7 a 4.

Tal vez allí haya radicado uno de los principales argumentos en el choque decisivo (dirigido por Carlos Navarro y Horacio Osudar). Es que la diferencia obtenida en Banco Nación (Rowing hizo las veces de local) no hizo otra cosa más que tirarle toda la presión al conjunto de la costa. Así, a Rowing no le quedó otra que salir decidido a buscar lo único que necesitaba: un triunfo, ya que le hacían falta tres goles de diferencia para forzar un tercer partido y cuatro para quedarse con el título.

Pese a ello el criterio utilizado no fue para nada alocado, aunque esto benefició también a UNR, que se plantó con autoridad en defensa y esperó para tratar de lastimar cuando pudiera. Y así ocurrió a los 10' cuando Fernando Bussano abrió la cuenta para los locales.

Allí sí la tranquilidad de UNR y la impaciencia de Rowing fueron en aumento. De todas formas con esa diferencia exigua se fueron a los vestuarios. El golpe de Adrián Mossuto en el primer minuto del complemento (el mejor gol de la noche) pareció ser clave. UNR tomaba así una ventaja importante, sobre todo desde lo anímico.

Igualmente desde afuera el DT de Rowing, Eduardo Pastorino, les pedía tranquilidad a sus dirigidos, petición que encontró correlato a los pocos minutos. Porque Gonzalo Marengo achicó la diferencia a los 2' y repitió a los 6' para ponerle un mayor condimento a la definición.

Pero todo comenzó a tomar un rumbo definitivo tras las conquistas de Damián Faicht, a los 14', y de Bussano nuevamente (16'). Definitivamente Rowing sintió que torcer la historia comenzaba a tener ribetes utópicos. Aún después de los festejos que llegaron de la mano de Hugo Pieretti (17') y José Alvarez Cornet (18'). Todo era cuestión de que corrieran los pocos segundos que restaban y que sonara la chicharra marcando el final.

El último gol de Bussano y el pequeño parate que sufrió el partido producto de algunos petardos que cayeron desde la tribuna visitante fueron meramente anecdóticos. UNR a esa altura sabía que el camino hacia la consagración estaba asegurado y que la vuelta olímpica pasaba a formar parte de la dulce realidad.