Lula parece imbatible en su marcha hacia la reelección

El presidente brasileño recibió un fuerte espaldarazo de la ciudadanía por su gestión de gobierno

Río de Janeiro. - De la mano de una aprobación inédita para un gobierno desde que Brasil retomó la democracia en 1990, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva afirmó su marcha hacia la conquista de un segundo mandato en las elecciones del 1º de octubre, según una nueva encuesta. El ex líder sindical aumentó levemente su ventaja en las intenciones de voto en las últimas dos semanas sobre el principal candidato opositor, el socialdemócrata Geraldo Alckmin, de acuerdo a un sondeo del Instituto Datafolha publicado ayer.

Pero el mayor espaldarazo para Lula vino de un salto de siete puntos en la aprobación a su gobierno, a un 52%, un nivel sin precedentes desde que Datafolha inició ese tipo de sondeos en 1987. "La evaluación del gobierno es el dato que más llama la atención, porque del lado de la carrera presidencial no hay alteración", dijo el politólogo Carlos Lopes, de la consultora SantaFe Ideias.

Según el sondeo, las intenciones de voto para Lula crecieron dos puntos porcentuales, a un 49%. A su vez el apoyo para Alckmin, un ex gobernador del estado de San Pablo, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), revirtió la tendencia de caída y subió un punto, a un 25%. El aumento en la evaluación positiva del gobierno de Lula muestra que "el pueblo no quiere cambiar, lo que debilita una candidatura alternativa", afirmó el politólogo.

Después de la dictadura de 1964 a 1985, Brasil realizó en 1989 sus primeras elecciones directas, para la asunción de un gobierno plenamente democrático al año siguiente. Y desde que Datafolha inició el sondeo sobre la evaluación de la gestión de un mandatario, en mayo de 1987, el anterior récord de aprobación era del antecesor de Lula, el ex presidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), del PSDB como Alckmin.

La evaluación positiva al gobierno de Lula, de 60 años, creció pese a que su Partido de los Trabajadores (PT) se vio envuelto en junio de 2005 en un escándalo de irregularidades financieras y acusaciones de que sobornó a diputados.

Sin embargo, luego de que la crisis golpeara incluso a su gobierno, el mandatario superó un período de caída de su popularidad y se puso en camino a ganar un segundo mandato. Según Datafolha, si las elecciones fueran inmediatas, el presidente ganaría ya en la primera vuelta, con el 56% de los votos válidos, o sea descontando blancos y nulos.

Contrastando con anteriores campañas electorales, Lula tomó distancia del PT, al que apenas menciona, cuyo color rojo ha desaparecido de los actos públicos que promueven su reelección. Desde que comenzaron los espacios gratuitos de propaganda electoral en la radio y televisión, Lula dedicó sus mensajes a las clases más pobres, donde tiene su mayor apoyo.

Alckmin, poco conocido fuera de San Pablo, debió por ahora esforzarse en exponer su imagen en todo el país, lanzando escasos ataques por las irregularidades en el PT. El candidato opositor, sin embargo, no se consideró derrotado. "Crecí un poquito" en las encuestas, dijo Alckmin en Brasilia. "A partir de ahora, es para arriba y para lo alto".