El Ejecutivo se mostró conciliador y estudia hacer ofertas

El gremio municipal se endurece y pone fecha al paro

Si el miércoles no tienen respuesta al pedido del 20% de aumento, instalarán una carpa

El gremio de los empleados municipales subió la apuesta. En el primer día del paro que continúa hoy, se concentraron ante la Intendencia y advirtieron al Ejecutivo que si el miércoles próximo no obtienen respuestas irán a un paro de 72 horas el 5, 6 y 7 de septiembre. En un acto masivo y al que no le faltó ni ruido ni calor, también adelantaron otra medida de fuerte impacto: la instalación de una carpa en la plaza 25 de Mayo. El gremio exige un aumento del 20 por ciento "totalmente en blanco", que revierta la situación de inferioridad en la que dicen estar frente a los municipales de otras ciudades, como Córdoba y Buenos Aires, donde "nadie gana menos de 1.200 pesos", dijo el titular del sindicato, Néstor Ferrazza, cuando en Rosario el mínimo "araña" los 850.

Desde el Ejecutivo, el secretario de Gobierno, Juan Carlos Zabalza, expresó preocupación. Sin embargo, confió en el diálogo para "compatibilizar cosas" y dijo que nunca se negaron a la posibilidad del aumento, aunque pidió al gremio que tenga en cuenta lo ya otorgado en marzo pasado.

Pese a que nadie -ni en el gremio ni en el Ejecutivo- arriesga una fecha cierta, se rumorea que mañana las autoridades de ambas partes podrían mantener una reunión. La idea es que de allí salga una nueva propuesta capaz de frenar las medidas que ya se barajaron a viva voz en el acto de los municipales frente a la Intendencia.


El 5, 6 y 7 de septiembre
Ante una gran cantidad de trabajadores frente al palco, ubicado de espaldas al Palacio Municipal, tanto Ferrazza como su segundo, Antonio Ratner, aludieron concretamente a un nuevo paro, esta vez de 72 horas, que podría resolver el cuerpo de delegados el miércoles próximo si antes no aparece una respuesta a sus reclamos. La huelga se cumpliría el 5, 6 y 7 de septiembre, reforzada además por una carpa frente a la propia Intendencia.

Todos los oradores del acto, que contó hasta con efectos especiales -bombas de estruendo, pero grabadas y reproducidas a altísimo volumen-, afirmaron que el municipio está en condiciones de pagarles más. También se repitió mucho la acusación de que la Intendencia vende bien a la ciudad hacia afuera (al gobierno nacional, a los organismos internacionales, a los turistas), mientras adentro "reparte miseria".

"Nosotros hacemos el trabajo y ellos reciben el premio a la Gobernabilidad y el Desarrollo, y el premio a la ciudad mejor administrada. Pero, ¿qué es lo que administran? La miseria", bramó Ratner.

En esa misma línea, Ferrazza relató que sus pares gremiales de Córdoba y Buenos Aires le confirmaron que "en Rosario, siendo la segunda ciudad del país, es donde peor se paga a los trabajadores municipales". Y para graficarlo afirmó que en la capital mediterránea ese promedio salarial oscila entre 1.500 y 1.700 pesos de bolsillo, mientras que entre los porteños "nadie gana menos de 1.200". En contraste, el titular del gremio recordó que el mínimo local ronda los 850 pesos.

Pasado el mediodía, en el Ejecutivo se escucharon voces contemporizadoras. "Nunca negamos la posibilidad del aumento; además, un 20 por ciento para todo el año tiene una lógica que acompañaría todos los reclamos sindicales que estamos teniendo en el país", admitió Zabalza.

Sin embargo, la brecha entre el Ejecutivo y el gremio estriba en que mientras el sindicato reclama ahora un 20 por ciento de aumento "totalmente en blanco", la Intendencia recuerda que el acuerdo alcanzado en marzo último ya definió un blanqueo progresivo y un mínimo de 850 pesos de bolsillo. "Eso demandó una erogación de 25 millones de pesos y es un poco lo que queremos que se tenga en cuenta por parte de los trabajadores", terció ayer Zabalza.

Las posibilidades que, según el funcionario, "está estudiando" ahora la Secretaría de Hacienda antes de convocar al sindicato podrían apuntar a subas escalonadas. Aun así, estimó "osado" adelantar porcentajes de aumento. Sobre todo porque también sostuvo que desde el mes próximo los municipios podrían sufrir un recorte en la coparticipación provincial por la derivación de fondos a la ley de financiamiento educativo. "Y eso -anticipó- complicará aún más el panorama". Aun así, prometió abrir el diálogo y mantener todas las reuniones que sean necesarias para frenar el paro.

Los empleados hicieron una ruidosa marcha frente a la Intendencia.