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 sábado, 19 de agosto de 2006  
De película. Inusual despliegue policial tras un asalto en Alvear. Tres delincuentes huyeron con el botín
Un robo en día de pago culminó en increíble persecución
Cuatro ladrones sustrajeron $2.000 a un jerárquico de una azucarera. Dos se esfumaron y los otros huyeron en el auto de la víctima por la autopista y un camino rural. Diez patrulleros los siguieron hasta que volcaron

Leo Graciarena / La Capital

Quienes transitaban por la autopista Rosario-Buenos Aires a la altura de Alvear se vieron sorprendidos ayer a las 14 por un inusual despliegue policial. Una patrulla de la subcomisaría 8ª, apoyada por una decena de móviles policiales, persiguió a dos ladrones que huían en un Renault Laguna que momentos antes le habían sustraído a un empleado de una cooperativa azucarera en la puerta en un depósito sobre la ruta A-012. En una fuga digna de una serie policial norteamericana, a lo largo de unos cinco kilómetros, los delincuentes tomaron por autopista hacia Rosario. Tres kilómetros al norte de la General Motors, cambiaron de mano y se desviaron hacia el oeste por el camino de ingreso al club Renato Cesarini (ver infografía). Allí, en un duelo de conductores sobre ripio el vehículo en el que iban los ladrones perdió el control, dio varios tumbos y quedó al costado del camino totalmente destruido. Uno de los delincuentes resultó herido. El otro huyó.

Cuando Federico P. salió ayer pasado el mediodía de las oficinas céntricas de la cooperativa azucarera para la que trabaja como empleado jerárquico, jamás imaginó que sería protagonista de un robo con un desenlace espectacular. "Este muchacho cuenta que de la oficina salió con 2.000 pesos para realizar unos pagos a empleados en uno de los tres depósitos que tiene la cooperativa azucarera en la que trabaja", explicó una fuente policial. "Era la primera vez que se dirigía a ese depósito con dinero en efectivo", comentó el vocero.

Federico P. tiene 29 años. Ayer se subió al Renault Laguna blanco, dominio ARM415, para realizar uno de los tres o cuatro viajes que hace por día entre las oficinas céntricas y uno de los depósitos de azúcar ubicado en el kilómetro 2,5 de la ruta A-012, jurisdicción de la subcomisaría 8ª de Alvear. Condujo con precaución. Tomó por bulevar Oroño y continuó por la autopista.

Pocos metros antes de llegar a la salida de la A-012, puso el guiño y se fastidió. "El joven -comentó una fuente- contó que un Renault 12 azul se le puso adelante y le hizo disminuir la marcha. Pero como se hizo una pequeña cola de autos, el muchacho tocó bocina y los sobrepasó". Así dejó la autopista y transitó los 2.500 metros hasta el portón del depósito.

Federico dobló hacia su derecha para ingresar al predio y cuando se estacionó ante el portón, escuchó el chasquido de neumáticos de un auto que a sus espaldas doblaba en "U". Era un Renault 12 azul en el que iban cuatro personas. "Fue todo muy rápido", explicó uno de los empleados del playón. "Bajaron dos personas, a cara descubierta y lo encañonaron. Lo bajaron del auto, le sacaron 2 mil pesos y huyeron en el vehículo de la víctima", sintetizó el oficial. Nada más se supo del Renault 12 y sus dos ocupantes, mientras que el Laguna blanco robado quedó en manos de los dos ladrones que redujeron a Federico.

A toda velocidad, los delincuentes retomaron por la A-012 hacia la autopista, bajaron por el rulo y enfilaron hacia Rosario. Mientras tanto, la víctima avisó a la policía. Según las fuentes, dos móviles de la sub 8ª patrullaban la zona. Y mientras una brigada policial escuchaba a la víctima en el lugar del robo, el otro móvil, una camioneta de doble cabina, se dirigió hacia un camino comunal por el que podrían escapar: el acceso al club Renato Cesarini.

"Con la descripción del auto, se avisó a los comandos de Villa Gobernador Gálvez, Arroyo Seco y la Guardia Rural para hacer un operativo cerrojo. Así fue que la chata del sub 8ª comenzó a perseguir al Laguna robado por la autopista", confió el informante. Cuando los ladrones vieron por el retrovisor la chata policial, no tenían muchas vías de escape para elegir: iban sobre la autopista hacia una encerrona segura. Tres kilómetros al norte de la A-012, los ladrones cruzaron de carril hacia el oeste buscando tomar la improvisada bajada hacia el camino de ingreso al club Renato Cesarini: se trata de una ruta de ripio que comunica, si se conoce el camino, con la ruta 178.

Mientras las divisiones inferiores de Renato hacían la práctica de fútbol, el Laguna pasó junto al club levantando polvareda. A cien metros lo seguía la camioneta policial. Ambos vehículos hicieron 1.200 metros con suerte dispar: traicionado por el ripio y la persecución, el conductor del Laguna perdió el control. El auto golpeó contra un terraplén lateral y dio varios tumbos hasta que se detuvo. En el destruido parabrisas del auto podían verse los golpes de las cabezas de los dos ocupantes.

La polvareda no se terminaba de disipar cuando uno de los delincuentes emprendió la huida a campo traviesa en una zona donde predominan los hornos de ladrillo. Mientras tanto, su compañero -identificado por la policía como Sebastián Alejandro Alba, de 22 años- quedaba dentro del vehículo seriamente golpeado. Fuera de peligro, fue trasladado al Hospital Provincial. En el auto no había armas ni rastros del botín. Al cierre de esta edición no había novedades acerca de los tres prófugos.
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El subjefe de la Unidad II, en el lugar donde volcó el auto de los ladrones.

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