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sábado,
19 de
agosto de
2006 |
Misterio y contradicciones tras el rescate de los pescadores
La historia se adorna con versiones de narcotráfico y de pesca ilegal. Confusos testimonios de allegados
Una novela policíaca con ingredientes de narcotráfico y pesca ilegal, empieza a construirse alrededor del milagroso rescate de pescadores mexicanos en Oceanía, que estuvieron más de nueve meses a la deriva y si hasta ahora se esperaba con ansias el regreso de los tres "héroes" para contar su aventura, la aparición de una serie de versiones sorpresivas y contradictorias le han agregado suspenso a la historia.
El primer elemento de desconcierto fue la revelación, de que no eran tres sino cinco los pescadores que se lanzaron a la mar a fines de octubre desde el puerto de San Blas, en el Pacífico mexicano.
Y en San Blas, los que vieron partir a los pescadores, dicen que eran tres, y no cinco. "Yo los ví ese día cuando se fueron. Mi sobrino Lucio levantó la mano y me dijo adiós. Eran tres muchachos, no cinco. No sé de dónde sacan que eran cinco", dijo el pescador Nicolás Rendón, tío de uno de los sobrevivientes.
En el puerto de San Blas, una comunidad dedicada a la pesca, dicen que nadie puede salir a cazar tiburones en una lancha de nueve metros de eslora con cinco personas a bordo. Lo único que pueden hacer cinco personas en alta mar en una barca como esa, aseguran, es transportar droga.
Entrevistados por diarios y la televisión, los pobladores de San Blas dicen que no conocen a los fallecidos, identificados sólo como Juan David y "Farsero".
En la Capitanía de Puerto, donde se deben anunciar todas las embarcaciones que se hacen a la mar, la barca rescatada en Oceanía no registró su partida. Los familiares de los pescadores tampoco notificaron nunca su desaparición a las autoridades navales.
Zona prohibida
Los habitantes de San Blas saben que los pescadores "se dedicaban a pescar tiburones en la zona prohibida de las islas Marías para vender las aletas a los japoneses", en unos 110 dólares el kilo.
Los pescadores salieron a cazar tiburones a la noche. Así lo hacen también muchos otros hombres de mar en esa zona, para poder entrar sin ser vistos a un área prohibida a la orilla de las islas Marías, donde hay una prisión federal y tiburones de especies protegidas.
"A nadie le gusta irse a meter a las islas Marías, pero ahí es donde está la pesca. Ahí está infestado de tiburones", dijo Rendón.
En esa comunidad hay también un historial de pescadores encarcelados por estar involucrados en tráfico de drogas. Al menos 50 habitantes de este puerto están tras las rejas por transportar en lanchas rápidas cocaína hacia California y Sonora.
Un poco más al sur, y en un yate en alta mar, fue capturado por Estados Unidos el miércoles el capo del cártel de Tijuana Francisco Javier Arellano Félix. (DPA)
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Fotos
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Lucio Rendón y su madre. El padre de Lucio es uno de los pescadores sobrevivientes.
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