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sábado,
19 de
agosto de
2006 |
Paisajismo: el jardín de cactus
Las plantas suculentas y dentro de ellas los cactus, presentan tal diversidad de formas, colores, épocas de floración y requerimientos ambientales que admiten numerosas aplicaciones dentro del contexto general del jardín, lo que significa que es posible diseñar un jardín exclusivamente de cactus o bien un sector definido dentro del predio.
Una de las ventajas de estas carnosas es el bajo mantenimiento que exigen en comparación con otras plantas, resultando comparativamente económica su implantación. Pueden utilizarse ejemplares que se han mantenido por tiempo en macetas, los cuales, al darle suelo libre, toman tamaños a veces sorprendentes, desterrando la idea generalizada de que los cactus son plantas tristes o de baja calidad, ya que combinándolas adecuadamente y utilizando la gran variedad existente pueden lograrse efectos decorativos llamativos.
Crecen a lo largo y a lo ancho del continente americano pudiéndose encontrar especies desde Canadá hasta la Patagonia. Además se detectan suculentas en zonas tropicales a nivel del mar, y se descubren vegetando a 3000 mts de altura en los Andes. Cuando incorporamos las distintas variedades se debe conocer su origen para reproducir el hábitat de donde provienen para lograr una buena adaptación.
El efecto más destacado en las composiciones jardineras con cactus y otras carnosas se consigue cuando se realiza la plantación en declive alternando su plantación con rocas de distinta granulometría.
Las formas estructurales de estas plantas pueden ser columnares, cilíndricas, oblongas, sarmentosas, con aspecto de hojas y estrellas, de tipo arbustivo y densas como el aloe, senecio, crassula, kalanchoe y aeonium; bajas y formando colonias como mammilaria y ferocactus, y también tapizantes, como messembryanthemum y lampranthus.
Entre los géneros de cactus más utilizados están: trichocereus, helianthocereus, stetsonia, cleistocactus y otras suculentas como las euphorbia arborescens que pueden alcanzar alturas importantes.
Respecto a las consideraciones sobre exposición y climatología, la ubicación de las plantas debe estar muy bien pensada. Hay que evaluar bien el volumen incluidas las espinas, la forma adulta y el contraste de colores y floraciones. Si bien todas las suculentas requieren buena iluminación, esto no significa que deban estar al rayo del sol (en algunos hábitats originarios algunas crecen bajo el tamiz de ramas de arbustos).
Los cactus que provienen de trópicos y viven bajo la sombra de árboles, requerirán baja exposición y humedad adecuada para progresar. Si bien hay especies originarias de zonas frías hay que considerar que instaladas en otras zonas debe procurarse que cuando sobrevenga la temporada fría las carnosas deben estar en pleno reposo vegetativo y evitar la presencia simultánea de frío y humedad en el suelo y/o en el ambiente.
El punto clave es el drenaje. No hay proliferación de suculentas si el drenaje del sustrato es imperfecto: el suelo donde se instalen debe tener una porosidad notable. En plantaciones importantes debe pensarse en sistemas de drenaje similares a los que se utilizan en los greenes de golf con sistema USGA. En nuestra zona, con altos tenores de arcilla en el suelo, es importante modificar el sustrato llegando a tener tierras de tipo franco a limo-arenosas, complementando con un drenaje eficaz.
Mejoraremos la implantación con adición de fertilizantes o abonos orgánicos sobre el hoyo de plantación. Son útiles los que contienen fósforo en su formulación, pudiendo utilizar también aquellos que liberan gradualmente los elementos.
Es útil realizar un control preventivo de plagas subterráneas que puedan dañar raíces y también constatar la presencia de áfidos subterráneos. La incorporación de funguicidas es relevante sobre todo en los primeros estadios de la plantación. Estos pueden aplicarse a la raíz y/o al follaje.
Lo ideal es plantarlos luego de la temporada fría, donde ya se instalan las temperaturas medias a altas.
El mantenimiento del jardín con cactus implica recordar que no conviene regar de más en el invierno. Bastan las lluvias o riegos espaciados como para mantener los ejemplares y controlar las malezas.
Mientras se encuentren en crecimiento es positivo fertilizar con productos de grado completo, para estimular un equilibrio en la nutrición. Es importante también recorrer el jardín de cactus corrigiendo microdepresiones donde pueda acumularse agua o donde el drenaje se haya desconfigurado.
Los caracoles y babosas suelen ser plagas peligrosas. Atacan de noche y la droga más efectiva para combatirlos es el metacetaldehido (viene formulada como cebo). Debe continuarse con los tratamientos anticriptogámicos (control de hongos) y control de plagas aéreas.
Una vez establecida la plantación se puede disfrutar de su singular belleza. Algunas florecen de día y otras de noche, y alternan sus texturas y colores con gracia, dándole al sector del jardín una fuerte personalidad. Y aunque reposan en invierno, el jardín de suculentas no pierde su encanto, conservando su porte durante esta temporada.
Tareas de agosto
Aproveche este mes para terminar de plantar árboles y arbustos. A medida que la temperatura aumenta, también lo hacen los riesgos. Principalmente en especies a raíz desnuda, como por ejemplo los álamos. Si al recibirlos no los va a plantar de inmediato, entiérrelos en zanjas cubiertos con tierra húmeda ya que las raicillas se pierden rápidamente al recibir la acción de los vientos secos o las heladas.
Al plantar las especies, realizar un hoyo ancho y profundo. Mejorar el sustrato con compost, principalmente rodeando las raíces para que las mismas tengan acceso a los nutrientes. Una vez finalizada esta tarea realizar un buen riego para lograr el asentamiento de la tierra y para mojar el sustrato incorporado. No olvidar el tutorado de la especie plantada.
Además de ser época de plantado, también lo es de transplante. Aprovechemos para reubicar especies que por su tamaño o por un error en la ubicación de las mismas necesitamos moverlas. Extraerlas con el mayor pan de tierra posible y realizarle una poda para compensar la pérdida de raíces ocasionadas por la extracción. También en este caso es muy importante el tutorado ya que un movimiento de la planta puede hacer fracasar esta tarea.
Para realizar trasplantes de especies, como por ejemplo jacarandáes, es más conveniente esperar a principios de primavera. Lo mismo vale para el caso de las gramíneas y plantas sensibles al frío.
Es importante evitar que las plantas se deshidraten antes de que ocurran las heladas. El agua servirá para conservar mejor la temperatura. Además es importante el riego en días ventosos y de sol, ya que estos factores quitan rápidamente la humedad del suelo.
Tener cuidado con el exceso de agua en las plantas ya que esto es más perjudicial que la sequía. Evitar la permanencia de agua en las cazuelas, porque no deja respirar a las raíces y puede ser origen del ingreso de patógenos.
Luego de las heladas quedan restos de material muerto producto de brotaciones tempranas producidas por días mas cálidos. No retirar este material hasta avanzada la primavera.
En cuanto al césped en esta temporada recordar que en caso de haber realizado una resiembra con rye grass, el corte deberá realizarse a unos 4 ó 5 cm. de altura. Esto lo mantendrá en buen estado durante toda la temporada. El riego deberá realizarse cada dos o tres días. Es preferible realizarlo de mañana cuando haya pasado la helada.
Si el césped del jardín es la bermuda, será buen momento para realizar un tratamiento de la maleza de hoja ancha ya que la misma permanecerá verde y activa en invierno, pudiéndose hacer un tratamiento selectivo para controlarlas.
Más información en www.fusteryasociados.com.ar
Textos: Luis Fuster (ingeniero agrónomo); Gabriela Rinesi (diseño de espacios verdes); Marcelo Serra (ingeniero paisajista)
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