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sábado,
19 de
agosto de
2006 |
Yo creo: "Vive rápido, muere joven
y tendrás..."
José L. Cavazza / La Capital
Llegar a esta altura de la vida, de la lírica y también de la palmera (sí, la de Keith Richards), para acusar a Petinatto de fascista, vudú de la prensa, farabute y grosero, es demasiado. Spinetta lo hizo, y el ex Sumo lo disfruta desde la cama, inimputable, incorrecto, medio gorilón, pero ¿fascista...? Así y todo, no es Spinetta la cuestión. Es el rock viejo que supimos conservar por no darle bolas a tiempo a aquello de "vive rápido, muere joven y tendrás un bonito cadáver". No alcanza con cruzar la frontera de los 50 y salir con modelos o ponerse de novio con adolescentes. En algún momento, el xanax no basta y entonces salta la cadena en el momento y el lugar equivocado. Si no fíjense en los Stones, que tuvieron que suspender un recital en España porque Mick Jagger tenía laringitis. ¿Cómo es eso de que un rocker es atacado por una laringitis? Mejor vivir del recuerdo: Alice Cooper de novio con una serpiente, llevándola a pasear enroscada al cuello; Iggy Pop retorciéndose entre latigazos rítmicos, los músculos tersos y la mirada de fuego, y no como en una foto reciente, con los cueros de la espalda colgando y medio culo a la vista tan arrugado como el de un bebé recién nacido. Da un poco de asquito, ¿no? ¿No haría lo mismo Jimi Hendrix hoy de estar vivo? Quemando guitarras en el escenario pero respirando con tanta dificultad, pobre, con las huellas de la heroína a cuestas, temblequeando y diciendo pelotudeces como Ozzy Osbourne, quien ahora en vez de arrancarle la cabeza de un mordiscón a un murciélago sobre el escenario cuenta su vida aburrida y vacía en la MTV. ¡Cuánta docilidad, viejos rockeros, borrachos más de ego y de corrección que de scotch! La imagen de John es la mejor que nos pudo quedar, en cambio pobre Paul, recién separado y maldiciendo a su joven mujer por traidora. Mejor Janis, que no alcanzó a conocer la cirugía estética ni las tetas de silicona, y mejor Luca, que se nos fue tan temprano y nos dejó un poco extraviados. No muchachos, lo aconsejable es quedarse mudos, tomar el antidepresivo a tiempo, tener el viagra al alcance de la mano y hacer como Sandro, casarse con Olga, una sesentona apacible y buenaza, y asomarse a la ventana una vez por año para dejar constancia de estar vivo.
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