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sábado,
19 de
agosto de
2006 |
Llegaron de Buenos Aires los chicos desaparecidos el martes
Ayer había vuelto la calma al barrio Las Flores, donde
los pibes fueron recibidos
por amigos y familiares
Orlando Verna / La Capital
Los cuatro chicos que desaparecieron el martes al mediodía de sus casas del barrio Las Flores, en la zona sur de Rosario, llegaron ayer a la tarde a Rosario provenientes de Buenos Aires, hacia donde viajaron en plan de rebeldía. Gabriel de 15 años, y Mariela, Romina y Matías, de 14, están bien de salud y entrada la tarde se habían reencontrado con sus familiares y sus amigos.
Según confirmaron sus madres, en la noche del jueves se les avisó que en una comisaría de Capital Federal había cuatro pibes de Rosario extraviados. En ese mismo momento se pudieron establecer sus identidades y se les solicitó su presencia para entregárselos. Hasta el Consejo Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia, en el propio centro de Buenos Aires, se acercaron por la mañana las madres de los chicos, Carmen, Delia, Gladys (de dos de ellos) y Marcela, una amiga de las familias.
Luego de comprobar que la muchachada estaba en buenas condiciones de salud, tras dormir en uno de los hogares de tránsito que posee el consejo mencionado, los ocho tomaron un ómnibus que los depositó, a las 17, nuevamente en Rosario. De allí iban a ir hasta la Jefatura de Policía, para levantar la denuncia de desaparición de persona realizada el martes en las oficinas de Seguridad Personal, aunque más tarde decidieron partir hacia una casa de Estrella Federal al 1900, donde los estaba esperando un nutrido grupo de vecinos.
Los familiares no se cansaron de expresar su agradecimiento con las autoridades porteñas por el trato recibido por los niños como por los padres, en especial se refirieron a la letrada Mónica Falcón, del consejo, y a la defensora pública de menores e incapaces, María Teresa Porcile.
Y si bien ayer reinaba la alegría en la humilde casa de barrio Las Flores y las bromas se sumaban, la estadía de los chicos en Buenos Aires no terminó del todo bien. Según fuentes de las propias familias de los chicos, una discusión entre Mariela y su mamá desató el plan de rebelión: irse de casa lo más lejos posible, aunque no sola. Para ello agrupó a sus tres amigos y los embarcó en la hazaña.
Ninguno de los cuatro fue a la escuela el martes y se encontraron cerca de las 13 para emprender la travesía. Desde el barrio se fueron directamente a la Terminal y de allí a Capital Federal. Carmen confirmó a La Capital que los pibes compraron sin problemas sus pasajes en la empresa Basa y salieron en el servicio de las 16.15.
Ya en Buenos Aires, los chicos deambularon por el centro y por el barrio de Retiro. Se quedaron por ahí hasta que los sorprendió la noche y terminaron durmiendo en la Terminal de Omnibus porteña. El miércoles la cosa se empezó a complicar. Se habían quedado sin dinero y salieron a pedir. Cuando el hambre y el frío arreció, los más chicos se quebraron. "No conocían a nadie y allá es todo caro", relató Carmen. Fue en ese momento que decidieron pedir ayuda en una comisaría cercana. Fue desde esa dependencia que se comunicaron con las autoridades correspondientes y se dilucidó el paradero de los chicos.
Los familiares repetían una otra vez que el caso se resumía a "una travesura" adolescente, mientras las pibas no salían de su estupor y los varones relataban sus aventuras en la Gran Ciudad.
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Fotos
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Romina, Mariela, Matías y Gabriel se habían ido a Buenos Aires.
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