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miércoles,
16 de
agosto de
2006 |
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Charlas en el Café del Bajo
-A propósito de lo que decíamos ayer respecto de la necesidad de crear muchas escuelas técnicas, de arte y oficios, le voy a contar lo que está haciendo una empresa privada en la ciudad de Córdoba. Tengo pocos datos, pero veré si un día de estos me contacto con gente de esa empresa para que nos entregue más información y relate su experiencia. Puede resultar de interés la iniciativa para empresarios de nuestra región.
-¿De qué se trata?
-La empresa en cuestión es la Matricería Austral, una empresa argentina de añares que fabrica matrices para automóviles. Concretamente, suministra piezas a todas las terminales del país y a algunas del extranjero. Esta empresa, como casi todas en el país, en determinado momento sufrió las consecuencias de una política económica que desajustó su vida productiva. Como consecuencia de la merma en la producción, el mercado se fue quedando sin mano de obra calificada. Cuando comenzó el repunte de la actividad, la empresa advirtió que no había demasiados matriceros, cuyo trabajo es de carácter artesanal.
-Lo interrumpo para decirle que los empresarios de nuestra región dicen que falta mano de obra calificada, no hay muchos soldadores, torneros, fresadores, etcétera. Y los pocos que hay, en ciertos casos no tienen la experiencia que sería de desear.
-Pues bien, ¿qué hizo la Matricería Austral?
-¿Qué hizo? Cuente.
-Comenzó la tarea de buscar a los "viejos" matriceros que ya estaban jubilados, los que conocen el oficio como ningún otro, y los contrató como "maestros". Son una suerte de jefes-profesores que enseñan a los jóvenes matriceros, y a los aspirantes, todos los secretos en la fabricación de una pieza. ¿Qué le parece?
-La idea es brillante. Esto supone una escuela dentro de la misma empresa.
-Claro.
-Pero también el tema nos sugiere una reflexión.
-Por supuesto, la reflexión es que esta empresa se vio en la necesidad de aguzar el ingenio para hacer algo que le correspondía al Estado. Por eso vuelvo a insistir, una vez más, sobre la necesidad de que la provincia agote todos sus esfuerzos para la instalación de escuelas técnicas.
-La Municipalidad también podría hacerlo.
-La Municipalidad tiene un programa de cursos de estas características, lo que es plausible. Sería bueno que lo incrementara. Pero a la provincia le corresponde, en materia educativa, el mayor esfuerzo, la mayor inversión. Por eso para mí sería muy auspicioso que en el predio del Batallón de Comunicaciones 121 se instalara una gran escuela taller.
-Un instituto modelo.
-Claro.
-Cosa que será difícil, porque la ministra de Salud de la provincia dijo que la instalación del hospital allí no se discute. ¿No le sonó un poco autoritaria esa forma de expresarse?
-Bueno, el predio es grande. Tal vez podrían convivir en él educación, trabajo y salud. Sería de gran aporte para esta sociedad en crisis, y de mucha ayuda para tantos jóvenes, una escuela taller modelo, en donde no sólo se enseñara un oficio, sino que los alumnos fabricaran piezas para ser comercializadas y cobraran un salario por ello.
-Y si no que los empresarios hagan como los dirigentes de la matricería cordobesa, que pongan escuelas en el seno de sus industrias.
-Lo cierto es que fue una brillante idea esa, habida cuenta de que el Estado no se ocupó ni se ocupa de incrementar y fortalecer a la educación técnica. El departamento de Recursos Humanos de la mencionada empresa salió a buscar a los matriceros que habían empezado su oficio fabricando partes de los Jeep Ika, de los Rambler Ambassador. ¿Se acuerda del Rambler Ambassador, Inocencio?
-¡Qué joya! Si pudiéramos hacer hoy autos fuertes como ese, si la sociedad retornara a las virtudes de aquella época... ¡Quiero un auto como el Rambler y virtudes modelo 67! ¿Me estoy poniendo nostálgico?
Candi II
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"Un hipotético frente opositor al gobierno para 2007 será una especie de Unión Democrática como en 1946"
José María Díaz Bancalari
Diputado y jefe del bloque Peronismo Federal
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