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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
Saint Tropez: refugio de famosos
Actores, cantantes y empresarios acuden cada año a la glamorosa playa
La fiesta de ricos y famosos comienza siempre por la tarde. Después de todo, hay que dormir mucho para recuperarse de la noche anterior y ocasionalmente salir de compras. Con un aperitivo, un "kir" o una primera copa de champaña, la "jet set" en la legendaria playa de Pampelonne se prepara para la siguiente velada. Y esta puede durar hasta muy entrada la noche.
A unos pocos kilómetros, el antiguo pueblo pesquero de Saint Tropez está medio dormido en el calor de la tarde. Unos 5.600 "tropéziens" reciben cada año la visita de cinco millones de personas, en su mayoría turistas normales que quieren toparse con algún famoso. Y éstos -estrellas, aspirantes a estrellas, nuevos ricos y empresarios- son los que siguen convirtiendo a Saint Tropez en verano en el ombligo de mundo y en un lugar de mucho bullicio.
Hace unos días, todos seguían a la actriz española Penélope Cruz, que tuvo que jugar al gato y al ratón con los curiosos y los paparazzi para poder avanzar de negocio en negocio.
Finalmente, los fotógrafos consiguieron las imágenes que deseaban: la actriz saliendo del mar en el golfo de Saint Tropez ataviada con un biquini amarillo. Como Brigitte Bardot. Hace medio siglo, "B.B.", que avanza hacia su 72 cumpleaños, rodó aquí la pequeña obra maestra erótica "Y Dios creó a la mujer".
Con el director y su entonces marido Roger Vadim, la sex symbol europea solía recuperarse de los largos días de rodaje en la posguerra en "Club 55" en la playa de Pampelonne.
El astro de Hollywood Jack Nicholson aún sigue viajando hasta allí cada verano, para ver si en torno al "Club 55" sigue funcionando la seducción eterna. Y parece ser así.
Allí, donde cada grano de arena vale oro, donde se pueden alquilar chozas polinesias con aire acondicionado a 250 euros el día, todo el mundo encuentra lo que busca, entre otros lugares, en las noches locas de las alrededor de veinte discotecas como "VIP Room", "Le Papagayo" o "Les Caves du Roy".
Dado que este lugar sigue siendo tan atractivo como siempre y una ley de 2001 prohíbe construir en el entorno natural, los precios de los inmuebles se dispararon y alcanzaron niveles impresionantes incluso para la Costa Azul.
Unos 300.000 euros sale un piso de 50 metros cuadrados en el centro de Saint Tropez, y hasta tres millones una mansión de 250 metros cuadrados a la altura de la península en Ramatuelle.
"Los precios se triplicaron en cinco años", explicó el agente inmobiliario Nicolas Barranco. La cifra de agencias inmobiliarias se duplicó a casi 60 en pocos años. Y son sobre todo extranjeros los que hacen realidad sus sueños en las exclusivas residencias, encabezados por ingleses, suizos, belgas, estadounidenses y ahora también rusos.
Una mansión de superlujo con cinco dormitorios y cinco baños, un enorme salón con vista al mar, un jardín de invierno, 2.500 metros cuadrados de parque y una piscina con "barbecue" cuesta unos cinco millones y medio de euros. En Saint Raphael, a unos kilómetros, sólo hay que pagar entre dos y dos millones y medio por lo mismo.
Pero Saint Tropez, con su pintoresca iglesia en colores provenzales, sigue siendo especial. A ello contribuyeron no sólo Brigitte Bardot, sino también Errol Flynn, Sylvester Stallone, Claudia Schiffer, Elton John y un montón de otros amantes de este rincón del mundo, que sigue siendo un escaparate del lujo.
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Historia, sol y millones. El legendario puerto pesquero de la Costa Azul francesa.
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