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 domingo, 13 de agosto de 2006  
[Primera persona]
"Sin Martí en la historia cubana no existiría un Fidel castro"
El psicoanalista Juan Carlos Volnovich dibuja un perfil del revolucionario que lo imbrica de lleno en la historia independentista de Cuba

Rodolfo Montes / La Capital

Fue el primer médico psicoanalista que llevó el psicoanálisis a Cuba, donde vivió exiliado de la dictadura militar argentina entre el 76 y el 83. Para entonces ya tenía una relación entrañable con la isla, a la que había viajado desde los años sesenta. Retornado a Buenos Aires en el 84, siguió viajando a Cuba "dos veces por año, y a veces tres", por motivos profesionales, personales o turísticos. Juan Carlos Volnovich, uno de los argentinos que más conoce a Cuba y a Fidel Castro en todo el proceso político y cultural de los últimos 40 años, analizó desde su consultorio ubicado en el barrio de Palermo este momento clave en la historia de la isla. Con un Fidel Castro que enfermó, delegó el poder y que hoy cumple ochenta años.

Volnovich transmitió su experiencia, sus sensaciones. "En Cuba hay algo mágico, un profundísimo antiimperialismo y un gran orgullo nacional", dijo. Y formuló su hipótesis para explicar por qué Castro perduró 47 años en el poder: "La gesta de Fidel se inscribe en la marca que dejó José Martí; sin Martí no hubiera habido Fidel".

-¿Usted plantea que Fidel le debe parte de su grandeza a Martí?

-Es interesante ver ciertas líneas comunes en los dos personajes. Cuba tuvo en José Martí a uno de los máximos pensadores de Latinoamérica, junto a Bolívar y al Che. Martí fue un intelectual muy prolífico, poeta, ensayista, con una enorme cultura y una visión política muy amplia. Vivió en Estados Unidos y fue el líder teórico de la independencia de España. Hasta que en un momento se suma a esa gesta. Ingresa desde México, clandestinamente, y se incorpora al ejército independentista. El ingreso lo hace en un pequeño bote que era similar al Granma, la pequeña embarcación en la que viajó el núcleo de revolucionarios originarios (entre ellos Fidel) que luego concretarían la mítica revolución socialista.

-Llegó a Cuba en un pequeño barco y clandestino, como Fidel.

-Martí ingresó, además, por la zona del oriente (muy próxima a la sierra Maestra) y se puso al mando de los generales que conducían la fuerza. Finalmente, muere en combate. Martí tuvo un origen en el mundo intelectual, fue un hombre de la cultura que luego asumió la lucha armada. Hizo un enorme aporte a la identidad nacional de Cuba porque siempre se distinguió por su prédica antiimperialista.

-Pero son dos épocas, dos guerras distintas, una de independencia y la otra revolucionaria.

-No tan distantes, ni tan distintas, una de la otra. Entre los finales del siglo XIX, Martí murió en 1895, y la irrupción de Fidel Castro como revolucionario, alrededor de 1950, existe un lapso de medio siglo. Sin embargo, se establece una continuidad en una generación que prácticamente vivió en las dos puntas extremas de sus vidas la muerte heroica de Martí y la independencia de España, y luego el nacimiento de la gesta revolucionaria, con Castro y el Che Guevara, ahora para independizarse de Estados Unidos y construir un nuevo orden social, político y económico: el socialismo.

-¿Qué elementos de una guerra perduran en el espíritu de la otra 60 años después?

-En la carta de despedida del Che Guevara a Fidel Castro, cuando deja Cuba, el Che le empieza diciendo, textuales palabras: "Recuerdo en este momento cuando nos conocimos en la casa de María Antonia....". ¿Quién fue María Antonia? Una mujer, exiliada en México que colaboró con los barbudos revolucionarios, hija de Cachita, quien a su vez fue una revolucionaria en cuya casa, donde nació María Antonia, se reunía José Martí con otros revolucionarios de la Independencia hacia finales del siglo XIX.

-¿Entonces, aun con medio siglo de tránsito entre uno y el otro, existiría un hilo conductor entre Martí y Fidel, no sólo de orden simbólico sino también a través de una casa: la de Cachita y luego de su hija, María Antonia?

-Tal cual, la relación de Fidel con el pueblo cubano, su perdurabilidad en el poder, no puede explicarse sin comprender que la gesta de Fidel se inscribió en la marca que dejó abierta Martí. Sin Martí en la historia cubana no existiría un Fidel.

-Y después de Fidel, ¿surgirá otro líder para darle continuidad al relato de la gesta cubana?

-Y no me extrañaría que surja una figura que se pueda luego engarzar con esta genealogía. Tal vez suceda dentro de 10, 20 o más años, pero podría volver a surgir alguien que aporte a la supervivencia de lo inexplicable, que es un país pobre y sin recursos, que vive, produce arte, cultura, conocimiento y deportistas como si fuera un país con riquezas cuando en verdad no tiene casi nada.

-¿Es una gesta inexplicable?

-Y, la verdad que sí. Enfrentó al imperio más poderoso de la Tierra que puso en marcha centenares de planes para acabar con él, y no lo logró. En algún momento uno podía sospechar que los cubanos le debían la supervivencia a la ayuda soviética. Pero la ayuda se terminó hace 16 años. Y la obsesión de Estados Unidos por terminar con Castro se acrecentó, y no pudieron.

-También se propone la hipótesis de que el régimen se mantiene por el agobio represivo contra las opiniones disidentes, el régimen de partido único, la prohibición de prensa alternativa y, entre otras cosas, por un sistema migratorio cerrado y selectivo.

-Yo creo que es imposible imaginar que una estructura social se mantenga por represión, sobre todo durante tanto tiempo. Yo pregunto, ¿cómo se justificaría la enorme producción artística y cultural que tiene Cuba si toda la explicación fuera que el régimen se mantiene por la represión? ¿Cómo se entiende un Alejo Carpentier, un Nicolás Guillén o un Roberto Fernández Retamar, entre muchos otros artistas plásticos, músicos y demás? Cuba tiene un capital cultural y artístico incompatible con un contexto de represión.

-¿No cree que el sistema de partido único empobrece el debate político en la isla?

-Lo del partido único, si bien es así, no quiere decir que no se discuta política en Cuba. Porque las diferencias dentro del Partido Comunista Cubano son brutales. No hay homogeneidad en las ideas, y hay una intensa vida política, aunque todo debe ceñirse a los márgenes de la revolución. Yo mantengo admiración por Cuba, pero desde una posición madura, ya no tengo la visión romántica que tuve en los años sesenta y hasta los setenta.

-Si la enfermedad de Fidel se agravara, y eso implicara que se aleje aún más del poder, ¿se anima a pronosticar qué sucederá?

-En Estados Unidos hay varias hipótesis. Una dice que con la salida de Castro del poder el desgranamiento del sistema cubano será inexorable e inminente, sin necesidad de invasión ni de forzamiento de la situación política. Además, hay una corriente mundial de desprestigio de Cuba, por su falta de democracia, donde se han ido captando intelectuales de izquierda, como (José) Saramago, (Joan Manuel) Serrat o (Eduardo) Galeano. Después, siempre está la idea de lograr organizar a un grupo interno, disidente, desde donde establecer un punto de apoyo y desde ahí debilitar al régimen.

-¿Le augura posibilidades de supervivencia al régimen sin Fidel?

-Un reemplazo de Fidel es impensable, sobre todo por la figura de su hermano Raúl, que en Cuba es considerado una figura muy menor respecto del líder. De todo modos, la gran pregunta era qué pasará cuando se muera Fidel. Bueno, Fidel no se murió pero cedió el poder, algo que no estaba previsto. Es un tipo muy travieso y desconcertante. Pero si me pregunta qué va a pasar en Cuba con Fidel habiendo delegado el mando, tengo que contestar que no lo sé.
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Toda una vida. Castro cumple hoy 80 años y estuvo durante 47 años en la isla.

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