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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
A 15 meses del homicidio de Marisa González
Nuevas pruebas en la pesquisa por el crimen de un transexual
Son dos cartas escritas por la víctima en las que pedía ayuda a sus allegados
"Sí o sí andá vos, por favor. Jamás, nunca me llamás por teléfono. Ya no van los genes ni la herencia. Hacé por favor vos la denuncia en los Tribunales o en la seccional 4ª. Hasta por loca podrían hacerme pasar (...) Es verdad que me tienen de esclava. Hacé todo vos en silencio". Así comienza una carta que Marisa González, la transexual salvajemente asesinada hace más de un año en su vivienda de avenida Pellegrini al 300, le escribió a quien era por aquella época su abogado de confianza. De su puño y letra la redactó el 18 de febrero de 2005, es decir tres meses y diez días antes de que fuera atacada a puñaladas. Y su lectura da a entender que con ella pedía ayuda ante una situación que ya no soportaba.
La esquela, junto con otra de similar tenor, fueron incorporadas la semana pasada al voluminoso expediente que se tramita en el juzgado penal de Instrucción Nº10, a cargo de Alfredo Ivaldi Artacho. Las personas que las recibieron de mano de la propia Marisa irán a declarar esta semana como testigos en la causa en la que se investiga el asesinato ocurrido el 28 de mayo de 2005. Se trata de dos mujeres, una de las cuales le brindó refugio a Marisa durante unos días debido a un problema familiar que la víctima había tenido.
La abogada que patrocina a uno de los hermanos de Marisa en el reclamo civil, Ana María Ferullo, presentó las dos cartas como prueba de la situación de angustia que vivía la víctima antes de ser cruelmente asesinada. Además, pidió que los escritos sean sometidos a pericias caligráficas para establecer que esos trazos sean los mismos que figuran en distintos documentos firmados por la víctima.
En ese sentido, una de las sospechas más grandes que sobrevuelan el caso es que la firma de Marisa haya sido falsificada en el DNI con el que fue anotada su hijastra.
Una de las misivas incorporadas a la causa estaba dirigida a quien por entonces era su abogado de confianza. La otra, escrita el 31 de diciembre de 2004, era para una amiga. En los dos papeles, y con una caligrafía bien marcada, pero poco legible, González le pidió a su abogado que venda la mansión de avenida Pellegrini entre Ayacucho y Alem. También se quejó de la relación que mantenía en ese momento con su hijastra y con el esposo de la chica.
Como dato importante cabe acotar que entre cada una de las cartas, es decir en enero de 2005, Marisa denunció en un tribunal de familia que la pareja de la chica la sometía a maltratos físicos, por lo que pidió que a ambos se los excluyera de la casona en la que convivían los tres. "El terror que tenía ella era que le quitaran la mansión. Por eso le pedía a su abogado que se ocupara de vender esa casa, incluso le pidió que colgara urgentemente un cartel", señaló Ferullo.
Además de la investigación penal que encabeza Ivaldi Artacho, también hay una disputa por los bienes que dejó González en su testamento, tema que se dirime en el juzgado Civil y Comercial Nº12, a cargo de Jorge Bruch. En este último, en nombre de uno de los hermanos de Marisa, Ferullo planteó la nulidad del testamento al denunciar que se falsificó la firma. Ambos expedientes se encuentran en pleno trámite.
El crimen ocurrió la madrugada del 28 de mayo de 2005. Marisa Dominique, cuyo nombre real era Juan Antonio González, era famosa por sus supuestas dotes de vidente. Esa noche, alguien se introdujo en la mansión de Pellegrini 341 y la asesinó con doce puñaladas en la biblioteca ubicada en la planta baja de la vivienda. La ferocidad con que la atacaron fue tal que quedó prácticamente decapitada. La investigación nunca llegó a detectar a algún sospechoso. En un primero momento, las dudas apuntaban hacia María José, la hijastra de la víctima, y a su pareja, un joven con el que la transexual tenía una pésima relación, pero nunca surgieron pruebas para imputarles el homicidio.
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Fotos
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La abogada Ana María Ferullo exhibió las últimas cartas escritas por Marisa.
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