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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
Tiro reventó al Globo
Los Tigres de Ludueña golearon 5 a 1 de visitantes a uno de los candidatos
Mauricio Bártoli / La Capital
La fiesta estaba preparada. Un flamante presidente, Carlos Babington, que bajó del bronce con la promesa del ascenso; un técnico de vasta trayectoria en primera, Chiche Sosa; varios jugadores de reciente paso por la máxima categoría, Claudio Ubeda, el arquero Leo Díaz y el ex Olimpo, Cristian Díaz. Pero de a poco el Globito de Parque Patricios se fue pinchando y sobresalieron los rugidos de los Tigres de Ludueña, que dejaron absolutamente desconcertados a Huracán hasta llegar al 5 a 1 final.
De entrada nomás, Santiago Bianchi mostró las garras, con piques en profundidad y gambetas en el área. El ex Vélez rotaba con su compañero de ataque Martín Perezlindo y plasmaba en peligro la buena dinámica del resto de sus compañeros.
La primera referencia justa del dominio tirolense la decretó Perezlindo a los 18', con un toque suave tras un córner. El segundo baldazo de agua fría también estuvo a cargo del goleador, cuando peinó suave un remate lejano de Penta, a los 45', cerrando una etapa que los locales quisieron olvidar en el vestuario.
Sin embargo, al minuto del complemento avisó Barrionuevo y enseguida Penta se anticipó en un córner y estiró la cuenta. A los 52' el Sosa que había entrado en Huracán para cambiar el aire, Juan Manuel, metió un chiche sobre el área, que aprovechó Díaz Nachar para descontar y recobrar en parte la ilusión.
Pero pasaban los minutos y el control seguía en manos de Tiro. Tanto que en los diez finales, Perezlindo impulsó la estocada final. A los 88' Croce rompió el off side mal ensayado y definió cómodo en el cuarto. Ahí, los hinchas locales no aguantaban más, seguían con un "ole, ole" el despliegue visitante. Antes, ya habían expresado la impotencia: cuando faltaban más de 20 minutos y la diferencia era de sólo dos goles, prácticamente pidieron, y luego aplaudieron, la expulsión de un jugador propio. Pero hubo más: cuando iban dos de descuento, Perezlindo clavó el quinto; el tercero de su cosecha.
En definitiva, aunque los tres primeros goles fueron por jugadas de pelota parada, los de Abratti fueron tan superiores en el desarrollo como en el marcador, bien merecido para los ganadores.
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Fotos
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El festejo de los jugadores tirolenses.
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