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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
Editorial
Hospital: hace falta más diálogo
La decisión del gobierno santafesino de construir el nuevo Hospital Provincial en la zona sur de Rosario ha generado un fuerte debate y tanto la Municipalidad como los propios vecinos han dejado oír sus críticas. Resulta paradójico que la decisión política de invertir fuertemente en salud reciba cuestionamientos, pero tal vez haya elementos que sirvan para tratar de entender esta reacción.
El gobierno de la provincia acordó con el Ministerio de Defensa la compra del predio, de 23 hectáreas, en 21,7 millones a invertir en cuotas anuales a partir de 2007. De acuerdo con el cronograma previsto, el nuevo hospital se estaría inaugurando en 2010.
Para sustentar el proyecto, las autoridades santafesinas esgrimen que el predio se encuentra en un lugar estratégico para atender la demanda asistencial local y zonal, donde viven más de 300 mil personas sin obra social. El efector, de acuerdo con los planes, dispondrá de una capacidad mínima de 250 camas, 80 de las cuales se destinarán a servicios críticos; 100 consultorios externos y áreas de diagnóstico. Un proyecto sumamente ambicioso en cuatro hectáreas y una inversión millonaria. ¿Por dónde pasan, entonces, las críticas?
La Municipalidad sostiene que no fue consultada sobre la conveniencia o no de levantar el hospital en la zona. No lo hace solamente desde el punto de vista del desarrollo urbano, sino que además destaca que a siete cuadras de allí funciona el Hospital Roque Sáenz Peña, lo que puede originar una superposición de servicios sanitarios para el mismo sector de la población. Los vecinos, en tanto, centran su rechazo en los cambios que la construcción del hospital puede depararle al barrio, sus costumbres y hábitos de vida. De esta manera, en grandes rasgos, cada una de las partes fundamenta su posición.
Tal vez lo más preocupante es lo que surge como conclusión de este debate. La provincia y el municipio no tienen un canal de diálogo establecido para analizar un tema que signará la vida de miles de santafesinos. No hay, por ende, equipos de trabajo conjuntos ni planificación consensuada. Tal vez allí esté una de las claves para entender que lo que debería haber sido una muy buena noticia se haya transformado en motivo de enfrentamiento. Revertir este presente no es complicado; es, ni más ni menos, decisión política y visión de futuro.
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