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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
Cocina: sabores de vida
Hoy, mi querida lectora, le propongo 2 preparaciones con pollo y pescado para hacer más variada la dieta diaria.
Pollo a la sal
Necesitará:
1 pollo
n manzana
n limón
pimienta
aceite de oliva
2 kg. de sal gruesa
Limpie el pollo y rocíelo por dentro y por fuera con el jugo del limón. Ponga dentro la manzana para que al cocinarse genere vapor y evite que no se seque. Unte el pollo con el aceite de oliva y condimente. En una fuente para horno ponga parte de la sal ligeramente humedecida.
Ponga el pollo encima de la sal y cúbralo con el resto de la sal ligeramente humedecida. Ase en el horno, que debe estar ya caliente, durante una hora y cuarto aproximadamente.
Pescado en salsa de vino blanco
Necesitará:
1 pescado en postas o filetes
2 tazas de vino blanco
1 taza de caldo de verduras
1 cebolla
1 zanahoria
n 1 puerro
n 1 diente de ajo
1 rama de perejil
1 rama de apio
sal y pimienta
1 cucharada de manteca
En una olla ponga a hervir el vino blanco, el caldo, la cebolla cortada en cuartos, la zanahoria en trozos, el puerro, el diente de ajo, la rama de perejil y la de apio, sal y pimienta. Después de 20 minutos agregue el pescado, y cocine 20 minutos más. Retírelo y reserve caliente. Filtre o cuele el fondo de cocción para retirar los elementos sólidos. Incorpore la manteca para obtener una salsa más equilibrada, la que ayudará a disminuir la acidez del vino redondeando la salsa.
Lleve nuevamente a fuego suave y deje reducir hasta que la salsa tome consistencia. Corrija el condimento si fuera necesario. Ponga el pescado en cada plato y bañe con la salsa.
Había una vez...
Cuentan que hace un tiempo hubo un incendio en un gran bosque de bambú. Una pequeña ave, muy pequeñita, fue al río, mojó sus alas y regresó sobre el gran incendio, y las empezó a agitar para apagarlo.
Los dioses que la observaban, sorprendidos, la mandaron a llamar y le dijeron: "Porqué haces eso; cómo es posible; cómo crees que con esas gotitas de agua puedas apagar un incendio de tales dimensiones? No podrás lograrlo". Y el ave humildemente contestó: "El bosque me ha dado tanto. Yo nací en este bosque que me ha enseñado la naturaleza, me ha dado todo mi ser. Este bosque es mi origen y mi hogar y me voy a morir lanzando gotitas de amor, aunque no lo pueda apagar". Los dioses entendieron lo que hacía la pequeña ave y le ayudaron a apagar el incendio. Cada gotita de agua apacigua un incendio.
Cada acción que emprendemos con amor y entusiasmo, se reflejará en un mañana mejor y regresará multiplicada.
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