Patricio Griffin: "En el Inaes trabajamos para que desaparezcan las falsas mutuales"

El titular del Instituto de Economía Social realzó el papel de las cajas de crédito como instrumentos de la economía social en la región

Claudio Berón / La Capital

Luego de la crisis financiera de principios de 2001, la economía solidaria tomó una fuerza inusitada. Si bien la Argentina se caracterizó por tener un fuerte movimiento cooperativo en el siglo XX, no siempre el Estado fue protagonista a la hora de las regulaciones.

El Instituto Nacional de Economía Social (Inaes) se manejó en el último año con una premisa: escuchar a la sociedad y recuperar el espíritu y la idea del trabajo solidario. Así lo expresó el titular del organismo, Patricio Griffin, quien sostuvo que hay que impulsar los proyectos mutualistas. "En el país hay, entre cooperativas, cajas de créditos y mutuales, cerca de 15.000 entidades que tiene concentran préstamos por 2.500 millones de pesos", dijo y "son fundamentales para aportar al proyecto de inclusión social". En este diálogo con La Capital Griffin analizó el nuevo rol del Inaes y el papel de la economía social en el nuevo contexto económico.

-¿El Inaes tiene un plan de trabajo para las llamadas empresas recuperadas?

-El año anterior el Instituto destinó el 20% de su presupuesto, unos 6 millones de pesos, en subsidios que se sumaron a fondos de otros organismos. Pero cada caso es particular y si bien hay una decisión presidencial de apoyar a estas empresas algunas son inviables y el Estado no va a crear un sistema de ayuda permanente ni poner el dinero de los contribuyentes en empresas quebradas. Lo estudiamos.

-¿Cómo se evalúa la viabilidad?

-Por medio de un Instituto dentro del Inaes que hace un seguimiento y acompaña el proyecto.

-¿Cuáles fueron la acciones del Inaes en este año?

-Como primer paso hicimos un censo entre todas las entidades registradas. Esto arrojó que hay 3 mil mutuales puras y unas 32 mil si sumamos cajas de créditos y cooperativas de crédito en todo el país. De éstas hay activas unas 15 mil. Esto lo hicimos durante cuatro meses y con 400 agentes relevando datos en todo el país. La cantidad de asociados entre mutuales y cooperativas es de cerca de 12 millones de afiliados. Además, creamos una serie de oficinas de control, capacitación e invertimos en el sistema informático.

-¿Las mutuales cubrieron la oferta de créditos que dejaron vacía los bancos?

-En realidad los créditos no son la prestación fundamental de una mutual. Aquí en Rosario está la Asociación Española de Socorros Mutuos que hace 150 años que da servicios de salud a una colectividad.

-Pero se multiplicaron las que dan créditos y según se anuncia, con muchas ventajas.

-Esto hay que aclararlo bien. El Inaes no otorga los denominados códigos de descuento. Las mutuales que acceden a este tipo de operación son 851 en la Argentina y nosotros sólo regulamos y certificamos. No otorgamos los códigos.

-¿Cómo se regula esto?

-Por ejemplo, una entidad pretende un código de la Administración Nacional de Seguro Social (Ansés) u otro organismo. Entonces, el Inaes lo que hace es otorgar un certificado muy estricto en el cual fiscalizamos que cumplió auditorías pertinentes y que no tienen denuncias.

-¿Están desvirtuadas las mutuales?

-Algunas se desvirtuaron. Durante años el Estado tuvo problemas de control. Hubo mesas de dinero que se convirtieron en mutuales. Pero la mutual tiene el principio básico de la democracia de sus asociados. Tal vez se desvirtuaron como lo hicieron otros instrumentos sociales. El Inaes fue disminuyendo su plantilla y su estructura, pero nosotros estamos saneando el sistema informático e invertimos recursos para optimizar el instituto. Hay que hacer que desaparezcan las falsas mutuales, las que no cumplan con las exigencias básicas.

-¿El Inaes tiene un plan similar al que implementan entidades que otorgan microcréditos, como por ejemplo el Banco Grameen?

-La idea de los bancos solidarios es interesante. Se acaba de aprobar en la Cámara de Senadores una ley de creación de fomento de entidades de microcréditos para otorgar unos 2.000 pesos. Pero no necesariamente el microcrédito ni la economía informal propician la inclusión social. Experiencias como el banco solidario son buenas pero en países en los que se desarrolla no se genera riqueza, hay cada vez más pobres. Nuestra idea es la inclusión y que todo sea dentro de la economía formal. Se pueden generar ideas donde se apunte expresamente a un proceso de inclusión para negocios viables. La inversión para estos fondos es de 100 millones de pesos.

-¿Y cómo se crece?

-La idea es después de estos microcréditos trabajar en forma directa con las cajas de crédito y lograr que se recupere la capacidad de ahorro local en cada pueblo, en cada ciudad y que el dinero quede en el lugar en dónde se genera.

-¿Cuál es el proyecto de ley de cajas de créditos?

-Estamos trabajando en la Cámara de Diputados para perfeccionar la ley de modificación de exigencias del BCRA hacia las cajas. Era demasiado lo que se solicitaba. Tratamos de bajarlas, pero no somos flexibles en las garantías para fundar una caja.

-¿Cómo es la situación en el interior?

-En este momento hay mucho dinero en las pequeñas localidades y no se canalizan a entidades financieras. Las cajas de crédito pueden cubrir ese bache. Hay gente que compra oro y otros ahorros que se dilapidan. Hay que constituir estructuras locales que tomen ese dinero.

-¿La gente está dispuesta a inclinarse hacia esas opciones de ahorro?

-La sociedad, a partir de la crisis, ha cambiado de posición. Tomó una postura de avance decisivo en lo que es la construcción de herramientas sociales de inclusión. El Inaes escuchó a la gente y queremos prepararnos para responder a esta demanda.

Patricio Griffin, presidente del Inaes, destacó la importancia del sector cooperativo.