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domingo,
13 de
agosto de
2006 |
Aborto y
violación
Estuve leyendo la carta de María Cecilia Aguirre, y la verdad no estoy de acuerdo con lo que dice. Podemos hablar y discutir sobre el aborto y no llegar a ninguna conclusión que satisfaga a las partes. Pero ahora cuando hablamos de una violación la cosa cambia. ¿Es lo mismo tener un hijo en forma deseada que habiendo sido violada? Considere la situación, póngase en lugar de la mujer violada y dígame si quisiera llevar ese embarazo adelante. Por otro lado, considere la situación de esa chica discapacitada con todo lo que ello implica en esta sociedad, y piense cómo haría para mantener a esa criatura. ¿Con qué, con dolor? Por favor, dejemos el puritanismo de lado y pensemos en el prójimo y amémoslo. Dejemos de ser hipócritas como la Iglesia misma, que ahora se horroriza pero antes bendecía a los generales de la dictadura. ¡Basta ya de hipocresía! Dios es otra cosa.
Hugo Barducci, DNI 16.770.584
[email protected]
N. de la R.: La carta de María Cecilia Aguirre, publicada el jueves pasado, critica la decisión de un grupo de diputados nacionales de pedir el juicio político a la jueza Inés Siros por impedir la realización oportuna del aborto de una joven con discapacidad mental embarazada por una violación.
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