Tiro Federal tropezó en el primer paso

Javier Parenti / La Capital

Se apagaron las luces del fútbol grande. El equipo regresó al barrio y hay que volver a empezar. Y cuesta. Hay que saberlo, comprenderlo y tener paciencia. No es cuestión de enloquecerse ante los tropiezos, como el del primer paso que dio Tiro ayer ante los rafaelinos.

El 2-3 dolió más porque fue al final. En un momento inesperado, cuando lo más lógico era que el cierre se sellara con el reparto de puntos que había regalado Tiro cinco minutos antes, por no saber manejar los tiempos.

Pero no hay que quedarse con el golazo de Bieler, con el zapatazo desde afuera del área que se clavó arriba. Los tirolenses debieron cerrar antes el partido, ni bien terminaron de festejar el gol de Federico Barrionuevo que le daba una victoria parcial, tras el empate conseguido por Perezlindo a canjear por gol un penal por mano de Zbrun ante un centro de Croce. Ahí faltó funcionamiento en conjunto, un poco de picardía y conocimiento.

Quedaban quince minutos y era lógico que Rafaela atacara. No había que dejarlo. Entró Erroz para marcar más, pero todos se olvidaron de manejar la pelota. Y al no tenerla hubo que perseguirla.

Encima, lo mejor de la visita fue cuando la tuvo. Pasó por los pies de Lázaro o Toranzo y siempre derivó en Bieler, que enloqueció a los centrales. Como lo hizo en la primera que buscó en el área, cuando Paparatto lo desequilibró tontamente en el área. Como en la penúltima que tocó antes que Bilibio lo agarrara ingenuamente de la camiseta para frenarlo y soltarlo. En ambos penales claros no dudó al ejecutarlos fusilando a Barucco, con la misma potencia con la que sacó el misil del triunfo.

Pero no hay que quedarse sólo en lo negativo de la presentación porque esto recién empieza. Tiro debe apuntar a profundizar capacidades. Como las que mostró en los diez minutos previos al 2-1, cuando una pelota parada -la única bien ejecutada- de Barrionuevo cayó en la cabeza del grandote Bilibio, que obligó a una atajada milagrosa de Barovero en la línea (72'); como en la combinación entre Perezlindo, Barrionuevo y Penta que terminó con un remate en el costado del arco del ex Newell's (74'); como en una similar de Perezlindo, Croce (sin dudas el tirolense más claro con la pelota) y Marcelo Penta que sí fue gol con un cabezazo de Barrionuevo, reclamado por offside.

Es cierto, lo bueno no alcanzó y eso es lo que cuenta. Entonces, a ocuparse para que lo malo no se repita. Hay que saber que los obstáculos serán mayores y Tiro deberá buscar la fórmula para resolverlos cuanto antes para que el minuto 90 no vuelva a golpearlo tan duro.

Barrionuevo fue uno de los más claros en Tiro.