Dieta con soja, una aliada de todos los días

Florencia O’Keeffe / La Capital

Al tradicional poroto, las bebidas, las salsas, las milanesas y las hamburguesas se suman ahora las proteínas texturizadas y el tofu, entre otros productos que tienen a la soja como protagonista. "La idea es agilizar las preparaciones con este cultivo que, si bien es la estrella de nuestro país, aún no está suficientemente incluido en el consumo diario de los argentinos", destaca Fany Goldberg, médica especialista en nutrición.

Las bondades de la soja en materia de salud son uno de los principales argumentos para justificar y alentar su consumo. "Prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer, como también de la osteoporosis o el colesterol elevado son beneficios comprobados", sostiene la especialista que agrega en la lista la disminución de los síntomas de la menopausia en las mujeres (sofocones). "En la cultura china no existe la palabra menopausia -agrega la médica-. El alto consumo de soja favorece la desaparición de los síntomas más molestos, e incluso de los problemas cardiovasculares".

El hecho de tener que remojar durante muchas horas los porotos de soja y cumplir con algunos pasos para su adecuado consumo puede ser una de las causas que frena la inclusión de este alimento en la cocina diaria, explica Goldberg. Por eso están surgiendo con fuerza nuevas alternativas para consumirla sin excusas."Las proteínas texturizadas de soja que se consiguen en las dietéticas, o el tofu (queso), facilitan su consumo, en especial para las amas de casa de hoy que tienen poco tiempo para dedicarle a la cocina", dice la médica que participa activamente en la comisión de Soja y Salud de Acsoja.

"Lo primero que hay que destacar es que la soja tiene propiedades nutritivas excelentes ya que posee casi el doble de proteínas que la carne. Ya desde ese punto de vista el aspecto nutricional está cubierto", puntualiza Goldberg. Además, explica, contiene aminoácidos y ácidos grasos esenciales que no fabrica el organismo y deben incorporarse por medio de la alimentación, además de vitaminas y minerales.

"Es un alimento completo, pero eso no significa que se deba comer únicamente eso", aclara la especialista. Al respecto, menciona que no se deben olvidar los cuatro pilares de la alimentación que debe ser "completa, armónica, suficiente y adecuada; algo que fue descripto hace 50 años y hoy está más vigente que nunca".

Goldberg explica en detalle qué significa cada uno:

Completa: debe tener todos los principios nutritivos, proteínas, hidratos, grasas, vitaminas y minerales.

Armónica: debe contener una determinada proporción de dichos ítems en el total de las calorías. Hidratos de carbono el 55%, grasas el 30%, proteínas el 15%, vitaminas y minerales.

Suficiente: dependiendo de la edad, el sexo, la talla, el peso y la actividad física se determinan las necesidades de cada persona.

Adecuada: la que puede tolerar el aparato digestivo. Goldberg indica que la única forma de consumir la soja sin que produzca daño "es cocida". El procesado del poroto para luego utilizarlo en milanesas, rellenos de tartas o empanadas, hamburguesas, o lo que sea, requiere un tiempo de elaboración que no es breve. Ahora, por ejemplo, se consiguen las proteínas texturizadas que vienen deshidratadas y sólo requieren ser colocadas en caldo para aplicarlas a salsas, guisos u otros. En la misma línea se anota el tofu, que ya viene listo para el consumo."Todos estos productos van en la línea de multiplicar su consumo, especialmente en sectores que no tienen tiempo para estar procesando los porotos de soja", reflexiona Golberg.

A pesar del boom de los programas de TV en los que la cocina es protagonista, la soja no encuentra su espacio- "Para algunos está asociada a la alimentación de los pobres, y nada más alejado, ya que por sus beneficios nutricionales debería estar incluida en todas las mesas".

¿Qué pasa con las milanesas de soja? "No está mal consumirlas, pero lo cierto es que en general las compramos preparadas y no sabemos exactamente cómo las hicieron...", dice la especialista.

La utilización de la soja y los subproductos viene creciendo en el mundo entero. En Estados Unidos, por ejemplo, explica Goldberg, es muy común el consumo mezclada con la carne picada. "Usan las proteínas texturizadas en un 25% de las preparaciones, tales como salsas (tipo bolognesa), rellenos en tartas y empanadas y desde ya las tradicionales hamburguesas".

En cuanto a la resistencia para incluir la soja como alimento cotidiano, Golberg explica que por tratarse de un tipo de alimentación vegetariana, "no estamos acostumbrados por eso cuando se la prepara es muy importante hacerla apetecible para el consumo familiar y esto se logra con buenos condimentos".

"En su momento pasó lo mismo con el pescado. Gracias a campañas mediáticas y a la insistencia de los médicos ahora hay más consumo; esperamos que con la soja pase lo mismo", opina finalmente Goldberg.


Alimentos transgénicos
En los últimos años crecieron las críticas hacia los alimentos transgénicos. La soja es uno de los cultivos que tiene una producción importante hecha a base de modificaciones genéticas. ¿Es peligroso su consumo? "Hay soja transgénica y soja que no lo es. Los estudios más serios indican que no hay riesgos, al menos en su consumo a 15 años. De todos modos, tenemos una enorme ventaja y es que los productos, no sólo los de exportación, deben incluir la advertencia de si es orgánico o transgénico; aquellos que tengan dudas pueden elegir", señala Goldberg.