Año CXXXVII Nº 49193
La Ciudad
Política
Información Gral
El Mundo
Opinión
La Región
Policiales
Cartas de lectores



suplementos
Ovación
Turismo
Mujer
Economía
Escenario
Señales


suplementos
ediciones anteriores
Salud 02/08
Página Solidaria 02/08
Turismo 30/07
Mujer 30/07
Señales 30/07
Educación 29/07
Autos 27/07
Estilo 22/07

contacto

servicios
Institucional


 domingo, 06 de agosto de 2006  
Mandala: herramienta para el autoconocimiento

Cabría preguntarse qué tiene ese dibujo centrado, simple e inocente para que produzca un efecto especial y hasta sanador en las personas que lo colorean. La respuesta es simple como el dibujo: la naturaleza se manifiesta con esa forma. Vivimos en un bosque de mandalas: nuestros ojos lo son, casi todas las frutas al cortarlas horizontalmente los muestran como el melón, la sandía, el durazno, el damasco, la naranja, la palta, entre otras, como también algunos vegetales: zapallitos, cebollas, pepinos, calabaza. También las flores al abrirse parecen mandalas.

Los árboles se desarrollan con el mismo principio: una forma concéntrica en cuyo centro se encuentra el núcleo, el eje que lo sostiene. Esta palabra significa manda, o esencia, y, la, recipiente, y se trata de un dibujo formado por un cerco o límite, en cuyo centro se encuentra lo esencial. También el hombre busca en todas las etapas de la vida, y de diversas maneras, encontrar ese centro.

Los aborígenes enseñan que todo en la Tierra como en el universo se desplaza en círculos, y sostienen que es energía vibratoria del cosmos ( la llaman Gran Espíritu). Esta forma circular conduce a concentrarnos, a ir hacia nuestro interior, a sondear en nuestro verdadero ser para responder a las preguntas esenciales de la existencia.

El cine actual abunda en películas dirigidas por gente que tiene una conciencia elevada; historias que conmueven como "Chocolate", "El gran pez", "Conociendo a Julia", "El cartero de la montaña", "Camino a casa", "Bailando en el cementerio", entre otras.

El efecto del trabajo con mandalas podría decirse que responde al mensaje de este siglo, es decir, darse cuenta, y hacerse cargo de las elecciones ejerciendo el libre albedrío. O sea poder elegir dónde ponemos cada pensamiento, mirada, palabra, gesto y acción. También esto se observa en algunos filmes como "Melinda-Melinda", "El hombre del bosque" y "Tostáis". Fundamentalmente en esta última se advierte la necesidad de utilizar expresiones como disculpe, por favor y gracias. En este "cine-escuela", "Hierro 3", agrega, además, como misión liberadora, el poder purificar y reparar lo nuestro, lo de los otros y sobre todo lo que se refiere a los ancestros en silencio y con amor.

En música un ejemplo es la canción escrita y cantada por Michael Boston, "Cuando vuelva a ponerme de pie".

Hay dos formas de trabajar con mandalas:

n Simplemente colorearlos porque concentra, equilibra, armoniza, alivia el estrés, combate el insomnio y despierta la creatividad. Su uso en geriátricos, escuelas, con niños diferentes, en psiquiatría, en enfermos y en personas en general, ha demostrado su eficacia. En chicos y adolescentes ayuda a evitar la violencia, y estimula la creatividad y la concentración, creando óptimas condiciones de aprendizaje.

n Hacer talleres, con un instructor especializado, en los que se profundiza en el conocimiento del ser (el mandala hace visible lo invisible). El trabajo lo hace "nuestro niño interior" que desde adentro, y a través de las manos, nos cuenta lo que no vemos. Por eso esta tarea no se hace desde lo intelectual o científico. Es una vivencia, un sentimiento que no puede expresarse o explicarse con palabras (lo que sucede es interior, acontece en el yo). Durante los talleres se crea un estado de devoción, surge el deseo de agradecer a la vida en forma natural y se recupera la espontaneidad y la inocencia.


Se podría decir que el mandala es una "herramienta sagrada" porque nos conecta con el amor, el respeto por nosotros mismos y por los otros, y ayuda a la autovaloración. Dejamos de ser sujetos para ser individuos con un potencial inagotable.
Como sugerencia, apele a su "niño interior", y pinte libremente con fibras o lápices de colores el mandala que ilustra esta página.

Lys D'Angelo

Instructora de trabajos con mandalas
enviar nota por e-mail
contacto
Búsqueda avanzada Archivo


Ampliar FotoFotos
Ampliar Foto



  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados