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domingo,
06 de
agosto de
2006 |
Natalia Oreiro rodó
sus escenas del filme
rosarino "La peli"
La protagonista de la exitosa tira "Sos mi vida" se sumó
a la obra del realizador
Gustavo Postiglione
Rodolfo Bella / La Capital
Un colectivo ubicado un sábado después del mediodía frente al Museo Castagnino no debería llamar la atención. Pero el vehículo tenía un cordón de seguridad por uno de sus costados. Al lado, un grupo de personas, medio ateridas por el frío, se arremolinaban en torno a una mesita con agua, café, mate y galletitas, mientras otras entraban y salían del edificio. Dentro del tráiler, Natalia Oreiro esperaba que todo estuviese dispuesto para rodar sus escenas de "La peli", bajo las órdenes de Gustavo Postiglione.
"La peli" es la tercera parte de la trilogía que filma Postiglione y que se completa con "El asadito" y "El cumple". Además de Oreiro, participan el rosarino Carlos Resta, Norman Briski, Darío Grandinetti, Noelia Campo y Jazmín Stuart. Los tres actores interpretan a un mismo personaje, Diego, un director de cine que extravió el rumbo de su trabajo por una crisis creativa. Oreiro encarna a una periodista que tuvo un romance con Diego. Los encuentros de ambos se rodaron, además del Castagnino, en la confitería y una habitación de un hotel del centro rosarino.
-Tiene algo...
-Sí...
-Sexual...
-Sí, es como una gran mancha de sexo.
El diálogo, que fue iniciado por Oreiro y que mantiene con Resta, es parte de la escena que transcurre frente a una de las obras que supuestamente forman parte de la colección del museo. La pintura efectivamente sugiere la palabra "mancha" y se parece a una "pintura en acción" de Jackson Pollock, pero en rojo y de menor tamaño.
El personaje que interpreta la actriz en "La peli", aborda al de Resta en una de las salas del museo donde se colgó la pintura que da pie al diálogo. El ambiente del ensayo, bastante formal al principio, tuvo un brusco cambio de clima cuando la actriz -con anteojos chiquitos, poco maquillaje y vestida con una camisa de terciopelo marrón de mangas cortas y un pantalón capri ajustado del mismo color- rompió el hielo después de una indicación del director.
Durante el ensayo, la periodista debía llamar a su camarógrafo para "robarle" una nota a Diego y lo hace sólo con una seña. Ante una indicación del Postiglione, debería hacerlo por su apodo. Desde la sobriedad de su vestuario y los modos suaves de su personaje, llamó al camarógrafo con un sonoro "¡Coco...!" , cuyo deliberado tono barrial contrastó en un lugar de tanto recogimiento estético: el grito hizo reir a todos y resultaba más adecuado para la Monita que interpreta en "Sos mi vida" que para una profesional glamorosa.
Lejos de los resplandores estelares, Oreiro no pidió nada especial para esta visita a Rosario, donde llegó acompañada por su pareja el guitarrista Ricardo Mollo, quien observaba con atención desde un rincón lo que ocurría en la escena. Natalia no quizo privilegios: pidió permanecer donde lo hacen todos los actores, comer la misma comida. Y así lo demostró en la escena del Castagnino. La intérprete estaba con poco abrigo y una asistente le ofreció unas medias, pero ella no las necesitaba y agradeció la amabilidad con una gran sonrisa. Y las medias volvieron a la humilde bolsa de supermercado de donde habían salido.
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Fotos
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Las tomas de Natalia Oreiro se realizaron en el museo Castagnino y en un hotel.
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