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 sábado, 29 de julio de 2006  
Escalada bélica. Los evacuados del sur son las principales víctimas
La guerra traumatiza a los niños libaneses
Muchos han visto morir a sus familias y no quieren hablar ni comer. Otros temen dormir sin una vela encendida

Weedah Hamzah

Abey, Líbano. - El joven de 16 años Ali Ballut es un vivo ejemplo de los traumas que está causando la ofensiva israelí a los niños libaneses. El adolescente permaneció tres días sentado en un banco del patio de la escuela de Abey, un pueblo montañoso de Líbano. No quiere hablar ni comer.

El joven abandonó Srifa, el pueblo donde vivía al sur de Líbano, para reunirse con su familia que se había refugiado en la escuela de Abey, a 30 kilómetros al sureste de Beirut. Su rostro pálido y su expresión profundamente triste no esconden el sufrimiento que soporta, hasta el punto que los trabajadores sociales de la escuela temen que se encuentre al borde de un ataque de nervios.

Cuando se le acerca un grupo de periodistas, los mira con sus ojos inyectados en sangre y les pide que escriban que los perros se están comiendo los cadáveres de una familia entera en Srifa, después de que su casa fuera bombardeada por los israelíes. Su mano tiembla al aceptar una pequeña botella de agua que le ofrece un periodista que lo anima a beber para que pueda continuar relatando sus vivencias.

Alí cuenta que su familia continúa enterrada bajo los escombros de su hogar en Srifa a merced de los perros callejeros, "porque los israelíes no permiten que las ambulancias o los equipos de rescate lleguen al pueblo para evacuar los cuerpos".

El joven perdió a su padre y casi a todas sus primas en un bombardeo de Israel que alcanzó su pueblo. "Están destruyendo sin piedad nuestras casas sobre nuestras cabezas", explica mientras toma un poco de agua, quizá lo único que haya consumido en tres días, según un trabajador social. Alí se pregunta "¿Por qué tanto odio?. No todo el mundo en el sur de Líbano pertenece a Hezbolá, pero nos están convirtiendo en Hezbolá con sus masacres", advierte refiriéndose a los jóvenes supervivientes de los bombardeos de Israel.

"¿Cómo esperan que aceptemos la paz con Israel cuando ellos mataron a mi familia y amenazan con más destrucción?", pregunta Alí. Un grupo de voluntarios teme por su salud mental.Iffat Zeidan, una mujer que atiende a los refugiados en Abey explica que está profundamente traumatizado y que no come, por lo que tendrá que ser trasladado a un hospital si sigue así.

Y Alí no es el único joven que sufre esta guerra, pues niños incluso menores buscan refugio en este pueblo, envuelto en una relativa calma. Los niños libaneses tienen miedo a la oscuridad. "Nos piden velas para guardarlas consigo durante la noche, por si se corta la electricidad", explica Zeidan, que denuncia que la guerra va contra los niños, los mayores y los civiles inocentes, no contra Hezbolá. "La mayoría de los niños se encuentran traumatizados en extremo, pero ¿qué se puede esperar cuando muchos de ellos vieron a sus seres queridos asesinados con sus propios e inocentes ojos?", se pregunta la voluntaria libanesa. (DPA)
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Un niño evacuado con su familia por los franceses.

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