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 miércoles, 26 de julio de 2006  
El Jefe no supo explicar la ruptura
Dijo que aprobó los refuerzos, que quería dos más y que no discutió con el manager Carbonari

En medio del caos que la euforia de los hinchas generó en un hotel céntrico, Leonardo Astrada dio el punto de vista de su salida y remarcó que no se fue de Central sino que fue echado. Pero a su vez minimizó divergencias con el manager Horacio Carbonari, la cara visible del grupo inversor, y dijo que había aprobado los arribos de Paulo Wanchope y Christian González.

"Nosotros aprobamos la llegada de Wanchope y el Kily González. Teníamos otros nombres en carpeta porque sabíamos que la situación del club no estaba para ese tipo de jugadores", explicó Astrada.

"Cuando Carbonari me preguntó por Wanchope le contesté que sí inmediatamente. Y cuando dije lo que dije sobre el Kily fue porque lo quería entrenado, ya que hacía tres meses que no lo hacía. Eso lo hablé todo muy claro con él y nos entendimos perfectamente. Es un jugador muy importante, que le puede ser muy útil a Central y puede potenciar a los otros jugadores. Por eso, no es cierto que no haya querido un futbolista internacional de esa jerarquía".

-¿El detonante de la ruptura fue la llegada del paraguayo Sosa?

-Habría que preguntarle al grupo inversor qué fue lo que le molestó. El nombre del paraguayo me lo acercó Scarabino, averigüé sus condiciones (a través del Tata Martino, DT de Libertad) y decidimos que venga. Pero no sé si fue ese el motivo de la molestia.

-¿Cuando venías de Buenos Aires para Rosario se te podía ocurrir que desembocaría en una situación así?

-Cuando me llamaron el lunes a Buenos Aires me sorprendió que hubiera un inconveniente, porque el domingo después del partido con Católica el primero con el que estuve conversando fue con Petaco. Por eso no veía el motivo de algún enojo.

-¿Y esa conversación fue en buenos términos?

-Fenómeno. Siempre tuve buen diálogo con él y nos pasábamos dos horas hablando de distintos temas. Es más, cuando nos comunicaron que Petaco iba a ser el manager no tuvimos ningún inconveniente, algo a lo que a lo mejor otro entrenador se hubiera opuesto.

-¿No hubo ruptura con él entonces?

-No, jamás tuve un cruce con él ni con nadie. Sólo le había dejado el lunes a la noche un mensaje y no me lo contestó.

-¿Si no te traían esos dos refuerzos que pedías, te quedabas igual?

-Si a mí me hubieran venido de frente y me decían que el club no estaba en condiciones de traer los dos refuerzos, nos arreglábamos con lo que teníamos.

-¿Creías que después de llegar Wanchope y el Kily podían venir aún dos más?

-Desde el primer día que me junté con Scarabino en Buenos Aires pedía cinco refuerzos para potenciar el plantel. Yo no le dije diez jugadores, siempre me mantuve con lo que sostuve desde el primer día. Como dije, el Kily fue bienvenido pese a que no necesitábamos cubrir esa posición, pero teníamos aún dos necesidades más.
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